ORACIÓN POR CUBA

para Elisdanys

por Roberto A. Lamelo Piñón

Madre de Dios, si es que existes, madre divina, madre... ¿pudieras salvar mi tierra? ¿Pudieras desterrar de "esas mentes" el miedo a lo diverso, el temor a lo que alguien un día dijo era nefasto y nosotros, ingenuos o seguidores acatamos como verdad absoluta? ¿Podrás, quizás, hacer un alto en tu apretada agenda e iluminar a los del traje negro y espejuelos grises? ¿Te gustará, oh madre nuestra, zanjar cuestiones que parecen no tener puntos de convergencia?

Madre, madre nuestra, ven a nosotros, intercede por quienes "pecadores" tuvimos la dicha de ver la otra cara de la moneda desde la orilla de la facturación y el acuñamiento. Ruega por quienes, "piratas" nos lanzamos lejos de nuestro polvo a conquistar una mediana riqueza con la cual pudiéramos decir, mostrar, que vivimos mejor. Quizás no me entiendas pero yo, ateo, acudo ante ti  una vez más desde mi rincón prohibido y desconocido, a suplicarte lo que de sobra sabes.

Madre,...tan madre como hermana, no me busques culpables, pues culpables somos todos. Porque tu hijo, si madre, tu hijo, nos hizo inconformes y para enfrentarnos, nos dotó de un pensamiento, una lengua y un verso. Como sabía que no iba a ser suficiente nos dotó de unos puños; a otros les dio un revólver y hoy, oh madre, cada cual se clama justiciero, profeta, milagro y cura, y va de aquí para allá repartiendo dentelladas de fuego y sangre, imponiendo su voluntad enclenque en quienes débiles y desarmados no pueden decir lo que en verdad quisieran.

Hoy me pregunto quien fue tu madre, quién te engendró, quien te hizo ciega y justiciera, quien te quitó la libertad, quien te permitió repartir a deshora y con deshonra un pan para cuatro y cuatro croissants para uno.

Dime madre, ¿por qué - y tal vez me calles - tenemos que vivir bajo este manto de dictámenes extra-de-todo y creer que la vida es así, porqué así tú la quisiste y tu hijo, hijo de puta, así lo quiso? No sé si estás contenta, pero cuando miro detrás, cuando hurgo, cuando investigo, cuando pregunto y me responden, a menudo suelo encontrarme con muchos que como yo estamos hartos de la mierda y que por allá uno no suelte y por acá otros se aferren. Mientras, madre, cada quien se electrocuta en la mentira, se experimenta en el derroche, y se hace más mortal y dependiente de lo inmediato y de lo adverso, de lo que consumes, te consume y te hace adicto.

¿Fuiste tú y no otra quien así lo quiso y dispuso?  Si así fuese, te pido, madre, hijo, padre y espíritu santo, que me quieras y me creas. No vine a socavar tu sosiego, pero mientras callo, mientras me muerdo y no profeso, mientras te busco y tú, cabrona, te vas al Medio Oriente, yo siento que aquí, es donde te necesito y tú, madre, nunca estás.