Por Boris L. García Cuartero
Me permito pisotear la modestia para decir que dirigí en este fin de año el proyecto más ambicioso que se realizara en Perlavisión durante sus doce años de trasmitir para los cienfuegueros. Y habrá quien me cuestione, otros lo reconocerán, para estos últimos el agradecimiento a nombre del equipo de trabajo; para los primeros… sin comentarios…
Lo cierto es que la anunciada revista fue la obra de muchos de mis compañeros –mayoría en el empeño, insuperables en su contribución y deseos de poner al aire una guapería en la que creímos. Nunca antes habíamos estado dos horas y media, en vivo, sin parar un minuto para tomar un diez o relajar, con artistas cienfuegueros y la colaboración de instituciones, organismos, proyectos culturales y asociaciones.
Como no quiero pasar por alto a ninguno, dejo testimonio gráfico del momento en que tuve que sacar energías para dirigir una gran locura de la cual me siento insatisfecho como profesional, aunque tengo la mejor de las satisfacciones para cualquier ser humano: el reconocimiento de una gran mayoría de esa gente que te detiene en la calle y te dice con franqueza total qué le pareció tu trabajo.
Reitero las gracias a camarógrafos, montadores, grabadores de audio, diseñador y luminotécnicos, al coordinador de aquel arrebato y a mis dos productoras; a los ingenieros del canal, video tape, realizador de imagen…¡¡las conductoras!!… la felicitación a los artistas y en especial a los muchachos del proyecto Viva, sin los cuales hubiera sido imposible lograr mucho de lo televisado.
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