
El petróleo vertido por el colapso de una trampa de residuales en la refinería cabaiguanense llegó hasta el mayor embalse de Cuba, la presa Zaza, que provee de agua a importantes actividades económicas de la provincia espirituana como la agricultura, la ganadería y la pesca.
“Entró por los afluentes del río Cayajaca, que a su vez desemboca en el río Tuinucú, y hoy está en el vaso de la presa Zaza”, declaró a Escambray Rafael Rangel, subdelegado del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en Sancti Spíritus.
“La contaminación por crudo es drástica y si es como esta, con fuel oil, peor todavía, la afectación permanece durante años”, detalló la fuente, quien además explicó que, ante una alteración de las condiciones naturales del agua de esta magnitud, ya hay una afectación inminente.
“Un litro de petróleo afecta a 40 litros de agua, como el hidrocarburo no se degrada, permanece en el embalse por tiempo incalculable. Si la refinería hubiera comunicado el hecho inmediatamente se hubieran tomado las medidas pertinentes”, precisó el subdelegado.
“Luego de que el crudo llega al embalse, resulta imposible su extracción. Si el nivel baja y hay que entregar líquido a la agricultura se puede ir por una de las tomas de agua. Si hay que aliviar porque aumenta el nivel, la mancha de petróleo puede caer en el cono de extracción, llegar al Canal Magistral y, por tanto, a la producción agrícola, a la de alevines o a cualquier otro usuario”, aseveró Rangel.
“No sabemos dónde puede estar ese petróleo ahora mismo, pero mientras esté ahí está contaminando, aunque no podamos evaluar con detalle al ciento por ciento cada uno de los daños”, señaló.
El mayor embalse de Cuba, con capacidad de diseño para 1 020 millones de metros cúbicos de agua y un espejo de más de 100 kilómetros cuadrados, durante los últimos dos días ha recibido 40 millones de metros cúbicos y actualmente acumula 665 millones, para un 75 por ciento de su capacidad.
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