Analistas políticos prevén un éxodo masivo en Cuba en los próximos meses.

 por Roberto A. Lamelo

Al  reciente auge de las escaseces – vaya contradicción -, se ha sumado un fenómeno en la sociedad cubana, específicamente dentro del ámbito deportivo, el cual se ha tornado tan alarmante por lo masivo y repentino, que todos los politólogos, coinciden en afirmar que dentro de 3 meses, a lo sumo 4, la cosa se pondrá más fea.

El presidente del Inder , Cristian Jiménez, sin embargo no lo considera así y anunció ayer en conferencia de prensa, que si varias de las piscinas con las que cuenta la infraestructura cubana, dejarían de funcionar, es debido no al deterioro de las mismas, o a la falta de agua, sino porque muchos de los atletas que practicaban la natación en piscina, han decidido probar suerte en “mar abierto”. 

-                      Incluso algunos atletas de polo acuático se nos están marchando también, dijo el directivo.

La práctica de la modalidad no es nada nuevo. Incluso, los cubanos, años atrás, contaban orgullosos con un buen  practicante de la modalidad: Alberto Morejón, cienfueguero. 

-     Económicamente nos puede ayudar mucho, dijo el federativo. No tendríamos que emplear tantos recursos, cloro, agua, gastos de electricidad, salarios. Con esta nueva experiencia, que no es tan nueva, solo sería citar a los muchachos a la playa y del resto que se encargue Dios, digo, el entrenador. El traslado será por sus medios. Y las competencias están previstas para efectuarse siempre en Playa Girón o en Cienfuegos, que son ciudades que cuentan con excelente infraestructura playera y lo más importante: están situadas al Sur.

Tanta masividad para un deporte que exige grandes sacrificios, sustos y miedos – porque a 30 metros de la orilla cualquier bicho puede atacar por debajo del agua – pudiera ser preocupante en otros países. En Cuba no, en Cuba nadie se alarma por eso. Apagones, retrasos en los suministros de la bodega, falta de querosene, y de cara en muchas de las instituciones burocráticas del país, permiten afirmar que el cubano está curado de miedos en la tierra y que esta práctica deportiva dentro del agua, aparte de refrescante y novedosa, será un éxito rotundo. Esa simbología entre el verbo nadar y su conjugación en la 3ra persona del singular, no debe molestarle ni a Cristian Jiménez ni a nadie de igual o superior rango. De todos es conocido el interés del cubano por practicar deportes, y si a ellos le sumamos que es un deporte efectuado al aire libre, donde el único gasto de recursos sería pagarle a un entrenador y comprarle un pito para que de lejos imparta las instrucciones, no creo existan objeciones en el más allá – como diría Jasán – para la práctica de esta u otra modalidad parecida. 

-                Estoy seguro que si Cuba no fuera una isla, también se practicara el montañismo o la carrera a campo traviesa, nos dijo una persona a la cual nos encontramos por la calle.

Tuvimos la suerte incluso, de tropezarnos en una playa con varios, muchos, - debo decir que me asombró enormemente la cifra – de estos practicantes. 

Julio, un jovencito de apenas 26 años no quiso hablar con nosotros, pero si nos sugirió que habláramos con su madre,  de 54 años  quien nos aseguró que existían sobradas razones para comenzar desde ya, la práctica de esta disciplina.

-                 Si una señora de 64 años puede practicarla ¿por qué yo no, si tengo diez años menos? O mi hijo, o mi nieto… el deporte es tarea de todos. Eso nos lo enseñó el Comandante.

Y volvió a su rutina de ejercicios.

 En la orilla un poco alejado de nosotros, su esposo cocinaba una riquísima caldosa.