miércoles, 13 de marzo de 2013

"Anoche dormí con un hombre sin saber quien era", dijo el anciano.

Esta historia que tal parece extraída de una peli, ocurrió hace menos de una semana aquí en una comunidad sueca. Según reportó el DN, el periódico más leído del país. Un anciano de unos 70 años, para superar su problema con el sueño, acostumbra a colocarse unos tapones de algodón en los oídos y a tapar sus ojos con uno de esos "antifaces" oscuros que recibimos en os aviones. Y hasta ahí todo iba bien.

El problema comenzó al despertar la mañana siguiente y encontrarse a su lado, compartiendo su cama y su frazada, a un joven de aproximadamente unos 25 años de edad.

El anciano lo intentó despertar, pero viendo que no lograba su propósito llamó a la policía, y fueron estos quienes despertaron al sujeto, quién confundido comenzó a recoger su ropa dispersa en la habitación.

Resulta que el joven vivía a un kilómetro de distancia del hecho, y después de una gran borrachera del fin de semana, terminó confundiendo una vivienda con otra, presionó sobre la puerta y al abrirse pues se coló en la casa y se acostó al lado del anciano, sin ni siquiera percatarse de que otro dormía a su lado.

El hecho tuvo un final feliz, y el anciano terminó por no acusar al sujeto, y la policía se marchó del lugar, mientras los periodista se encargarían de hacer el reporte.

Si mis lectores cienfuegueros, estas cosas ocurren por acá. Otro día les contaré del ladrón que terminó cobrando una indemnización...


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