domingo, 21 de julio de 2013

Cae estrepitósamente Cuba ante Panamá en la Copa Oro 2013. Mario Lara nos explica porqué.

 De la mano del árbitro y el técnico, Cuba de regreso a casa.

por Mario Lara.

La combinación de un planteamiento cobarde y una nefasta actuación arbitral dieron al traste con los sueños de la selección nacional cubana y la lanzaron al precipicio de la eliminación con un aplastante 1:6.

Si la actuación arbitral del central del partido entre Cuba y Estados Unidos fue penosa la de Mark Geiger hoy sobrepasa el calificativo de vergonzosa. El norteamericano no solo otorgó un penal inexistente a los panameños y que terminó en el pronto empate de la Marea Roja, sino que se tragó una expulsión clara de uno de los jugadores panameños por agresión a Corrales, pues de accidental no tuvo nada el codazo que le propinaran al jugador de Pinar del Río y que terminó con el mismo fuera del terreno de juego por largos minutos con la nariz rota, tiempo en el cual cayó el segundo gol panameño, además Geiger se tragó dos penales inexistentes a favor de Cuba cometidos por Chenn sobre la humanidad de Ciprian, el segundo de ellos del tamaño del estadio y el cual la producción, cómplice, demoró casi 10 minutos en repetir.

¿Qué hubiese pasado si no se hubiese pitado el mencionado penalti y se hubiese expulsado al jugador panameño? ¿Qué hubiese sido con Cuba ganando 1-0 y con un hombre de más? Eso no lo sabremos nunca, porque mister Geiger nos privó de ello, pensamos que el morbo del Panamá – México, la posible revancha mexicana sobre el equipo que los derrotó en la primera mitad pudo más que el de un México – Cuba muy desbalanceado, había que darle la oportunidad a los mexicanos de lavar la afrenta, además de las ganancias que puede generar un México – Panamá con el antecedente de la primera ronda son claramente superiores a las que pudiera generar a la que generaría el encuentro entre los aztecas y los Leones del Caribe.

Pero árbitros y conjeturas aparte, lo cierto es que Cuba perdió por ser mezquina, roma, sin ambición, un equipo que olvidó sus virtudes y agrandó sus defectos gracias a un planteamiento táctico cobarde de Walter Benítez, que a diferencia de Dely Valdés no hizo su tarea y que prefirió la mediocridad de ceder el balón al contrario encerrarse atrás y esperar, como ocurriera con Belice en esta Copa Oro, un jugador le arreglara el partido.

Walter tiró a la basura los videos de los dos previos enfrentamientos entre los nuestros y los canaleros y en el juego de constante pases y rotación de jugadores y balón, propuesto por Alexander González le causó grandes dolores de cabeza al conjunto panameño con el que se cayó por un estrecho margen 0-1 en la Ciudad de Panamá y se empató en La Habana, mientras que el técnico de la Marea Roja conocedor de la debilidad defensiva del menor de los Colomé convirtió ese lado de la cancha en un puntal de su defensiva por donde entraron una vez sin que la defensa cubana, individualista y sin relevos pudiera contenerlas.

Cuando se antojaba una Cuba más ofensiva, con hombres que pudieran tener el balón y apoyar a Ariel Martínez en la creación del juego buscando suministrar balones a nuestro delantero y mantener alejado el balón de los predios de Molina y la zona defensiva cubana, evidentemente los puntos flacos de la Tricolor, se optó por poblar el mediocampo con tres contenciones, que poco podían aportar a la tenencia del balón, replegándose el equipo sobre el área cubana, y entregándole la de gajos a un equipo inspirado, que sabe usarla y con una delantera letal, un libreto usado ya en los dos primeros partidos del torneo con resultados desastrosos, el desenlace de hoy… mucho más estrepitoso.

Walter hizo propia su filosofía de dejar el pasado en el pasado y terminó cometiendo los mismos errores, tampoco entendió que un equipo que se desarma no se arregla agregando delanteros y si hombres en la media que puedan asumir la tenencia del balón y la suministración del mismo a los delanteros, pues el trabajo de los mismos es finalizar no crear.

Sus cambios tanto de jugadores como de posición partieron aun más al equipo cubano, dejándolo sin media cancha, y convirtiéndolo en solo dos bloques, tres arriba y el resto atrás muy mal colocados, lo que propició la esterilidad en el ataque y el desastre en una defensa que se vio muy mal trabajada y que siempre fue superada por el conjunto canalero que no se llevó una goleada de escándalo a favor por el buen trabajo de Molina bajo los tres palos.

Cuba perdió no solo porque Mark Geiger nos apuñaleo miserablemente, sino porque nuestro técnico nos envenenó de mediocridad y miedo, porque Cuba nunca buscó arriba, ofender al rival, los goles para pasar de ronda porque no se puede pretender pasar a la siguiente ronda si solo se dispara una sola vez en 90 minutos.

Panamá ganó porque así lo mereció pues más allá de los regalos de Mister Geiger, fue el mejor de los dos y el que buscó desde el inicio el acercarse al área rival y hacerle daño en el terreno de juego, ganó porque el futbol suele premiar al que sueña y no con el mezquino, ganó porque el Compañero Benítez dejó su equipo jugar a la Ruleta Rusa con la todas las balas en el cargador.

  tomado del blog: http://futbol-cubano.blogspot.com/ con el permiso de su autor.

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