por Roberto A. Lamelo
Ya todos sabemos de que va la cosa, sus implicaciones, … ya sabemos que el día 5 de agosto llegará a Panamá el experto de la macarénica O.N.U a investigar la magnitud del asunto del barquito Chong Chong.
Mientras, se sabe también, que la tripulación se niega a colaborar. Ya lo advertí en días anteriores: el régimen coreano (del norte) es tan severo en estos casos, aplicando un código de justicia alarmantemente medieval, que no dudo que tanto el capitán, como sus marineros, estén tratando de mantener una actitud digna que los exonere de toda culpa ante su mandatario - en Corea del Norte la justicia es otra ramera más - y los haga parecer como héroes en esta angustiosa travesía a través del Canal de Panamá. Recuerden que en Corea, además de las armas, hay todo un pueblo en las cafeterías esperando el azúcar para echarle al café. Hay que justificar la demora...
Lo interesante de este asunto, es que a pesar que el Gobierno Cubano habría declarado que el armamento pertenecía a ellos y habría detallado en que consistía, todo el mundo sabía - también - que debido al sabotaje a las grúas del barco protagonizado por la tripulación, apenas se habían descubierto cuatro o cinco “cosillas”, lo cual arrojaba, como es lógico, la certeza que en días posteriores se encontrarían “más” a juzgar, repito, por lo que había declarado el régimen de la Habana.
Llegó el momento, y la prensa omitió hacer referencia a este hecho. Por el contrario, y sin faltar a la verdad claro está pues son todos unos profesionales, han enfocado el asunto de “la nueva aparición de más armamento” como si se tratase de algo que no se sabía sucedería y como si, se hubiesen encontrado más “cosas” de las que ya se sabía iban en el barco. Aclaro, tapadas - o escondidas - debajo del azúcar. Y sin declarar en el manifiesto. Y el lector se asusta… y el lector prejuiciado, si le dan un chance, es capaz de creer que lo que iba dentro del Chong Chong, era la 3ra bomba atómica que los americanos no arrojaron en aquel Japón ya prácticamente rendido.
Para echarle más leña al fuego, apareció ahora Alvaro Uribe, ex presidente de Colombia, de quien con certeza cada colombiano sabe de que pata cojea, y dice, atestigua, jura y perjura, que las armas, después que hubiesen pasado por el Canal de Panamá, iban hacia Ecuador y no hacia Corea. ¡Qué bárbaro! Aún lo recuerdo to´cagao´ cuando se le puso el dado malo en la Cumbre del 2008 y como poquito a poco fue rebajando su tono agresivo y prepotente - y falto de pruebas además porque jamás pudo demostrar el vínculo existente entre las FARC y Correa - ante la demoledora denuncia de este último. Los datos recogidos en la computadora de Raúl Reyes parece, si nos guiamos por Uribe, fueron mandados a analizar al ciberespacio, donde sin dudas hay mejores expertos informáticos que aquí abajo en la Tierra.
En fin, que hay que seguir esperando… pero no nos dejemos manipular. La prensa, ese 4to poder, sabe hacer de las suyas. La prensa, esa… de dónde sea.
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