Los ojos dibujaban una sed incompleta. Sin agua y sombras de oasis cercanos. Nos conocimos porque nos unió el estudio que ella años después abandonó por irse del país.
-Yo soy balsera y dentista,- dice siempre que puede, aunque no le pregunten- me he ganado la libertad a base de cojones cosechados y una inteligencia inigualable.
Unos años antes de estas frases construidas, nos veíamos discutiendo entre fechas y sucesos históricos de la Revolución Cubana. Andábamos discutiendo muy apasionados por las historias del Che y los Ameijeiras.
La erratas volaban de su boca como pichón principiante de vuelos matutinos descompasados y con cada intento de luces artificiales que encendía, aparecía la replica colectiva de una audiencia prematura en debates criollos.
En los tiempos modernos, más sombra que nada es ella; perfecta meretriz del intercambio cultural y simbólico.Sin responderse con sabio silencio levita olvidando que el estudio es necesario, que no basta leer a Isabel y Gabo para auto-clasificarse intelectual de tertulias políticas y musicales, donde un solo concierto de Fito y otro de Sabina le han aportado, según ella, la poesía necesaria de sus amores inconclusos.
Las Hienas son carroñeros cobardes, cuya familia Feliformia practica el Cleptoparasitismo, traté de explicarle una vez y no entendió nada, pensó que me refería a la manipulación mutante que le hice a su nombre. No entendió.
En ocasiones silenciosas me torturo al leer cuando escribe que los cubanos son unos aprovechados e interesados. Lanzando gritos en forma de piedras, desde una tribuna pseudovaliente e inquisidora, manchando el pudor del cubano medio cuando refiere que la insignia nacional no es más que un trapo viejo y manchado.
Hay que saber querer y cuidar a los animales, pero con una Hiena es difícil comprender la naturaleza de los actos y el cariño se trastoca. No hablo de la Hiena africana y manchada; no esa Hiena de praderas amarillas y carroñeras, sino a la cursorial cazadora de frases guardadas y cubano-americanas, con discursos reciclados de más de medio siglo y sangre verde por la descomposición de las emociones.
- Yo soy balsera y vivo orgullosa de eso,- escupe constantemente como si fuera el Honoris Causa de la migración cubana ilegal.
Confabulándose con mentiras multiplicadas, le cuenta a sus mediocres oídos, entre frases de inglés robadas, que es profesionalmente una dentista disidente e ilustrada, republicana y demócrata al mismo tiempo y que anhela una ciudadanía traicionada y falsa.
-Yo soy balsera y cubana, cubanísima letal, una salvaje en criticas impropias a destiempos.
Pobre candil apagado antes de época. Mediocridad medular de ideas baratas. Frustración infantil y sexual aceptante.
Una vez la desconocí, cuando por cuenta propia me enteré de que no es nada, no es nadie, solo un espejismo con ego mal conformado y desechable.
Con pena lacerante, miramos la figura inerte y bochornosa con la inteligencia pisoteada y el amor traicionado a la Patria con una frase anti nacionalista y confundida diciendo que la tricolor no es más que un trapito viejo y vencido.
Me consuelo recordando la mejor de las frases: Amor con Amor se paga.
Raúl, El Cojito Bibijagua
Grande José Martí.....gracias Lamelo..por la cita.
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