Por Rafael Daniel
Durante años hemos admirado la labor de Víctor Mesa como pelotero cubano y muchas de sus hazañas se han suscrito en los libros del béisbol nacional como casi insuperables.
Lo cortés no quita lo valiente y su indecorosa respuesta a la pregunta del `comentarista deportivo espirituano Oscar Castañeda durante la Conferencia de Prensa por Tele Rebelde al terminar el encuentro entre Cocodrilos y Gallos en el Huelga, es una muestra de falta de ética total ante un profesional cubano.
¿Quién es él para decir que no responde a lo que catalogó de manera prepotente como “pregunta tonta”.
Conocemos de la labor profesional de Oscar Castañeda, quien por sus méritos ante el micrófono ha participado en los último Juegos Deportivos Panamericano y Olímpico, y con una destacada trayectoria en los medios provinciales y nacionales y por tanto dudo de que haya formulado una “pregunta ingenua”, sólo que el director de los Cocodrilos no estaba en condiciones de responder, váyase a ver por qué. Sus virtudes y méritos deportivos no le dan ningún derecho a Víctor a apabullar con la mayor desfachatez del mundo a nadie y mucho menos frente a las cámaras de televisión ante millones de telespectadores en Cuba y con alcance mucho más allá de nuestras fronteras.
Actitudes como esta se alejan totalmente de nuestros principios éticos y morales y no constituyen ejemplos para nadie y mucho menos para la juventud que sigue con denuedo nuestro pasatiempo nacional.
Por muy desacertada que haya sido la pregunta de “Oscarito”, si es que lo fue, debió limitarse, sencillamente, a no responderla, pero no le asiste ninguna razón para la ofensa y esa no puede ser la tónica de esas conferencia por la simple razón de haber perdido un juego de béisbol en el noveno capítulo que casi lo tenía en el saco.
Quienes no estén preparados para ese rol ante la opinión publica nacional e internacional, simplemente debe delegar en otra persona mejor preparada y no sólo como especialista en el deporte, sino que reúna los imprescindibles requisitos de educación formal que debe caracterizarlos.
Hemos visto innumerables conferencias de prensa de los mejores entrenadores del mundo en diversos deportes, pero nunca hemos presenciado algo semejante, ni tan siquiera entre perdedores de prestigiosos conjuntos de fútbol, basket o béisbol, entre otros, quienes han mantenido su decencia por sobre todas las cosas.
Durante la plenaria provincial de los periodistas espirituanos, previa a su Noveno Congreso, uno de los temas más debatidos fue, precisamente, el referido a la indeseable actitud de las fuentes de varias instituciones que impiden a la prensa hacer una mejor labor profesional y este es uno esos indeseables ejemplos.
Por lo visto, estamos en presencia del desvanecimiento de la imagen deportiva de alguien que ha tenido méritos suficientes para brillar con luz propia, pues hoy los principales comentarios sobre el inesperado desenlace del partido entre Gallos y Cocodrilos, no son sólo los referidos a ese crucial juego, sino que se une a ello y al mismo nivel la desmejorada y antiética actitud de Víctor Mesa con nuestro colega.
¿Quién es él para decir que no responde a lo que catalogó de manera prepotente como “pregunta tonta”.
Conocemos de la labor profesional de Oscar Castañeda, quien por sus méritos ante el micrófono ha participado en los último Juegos Deportivos Panamericano y Olímpico, y con una destacada trayectoria en los medios provinciales y nacionales y por tanto dudo de que haya formulado una “pregunta ingenua”, sólo que el director de los Cocodrilos no estaba en condiciones de responder, váyase a ver por qué. Sus virtudes y méritos deportivos no le dan ningún derecho a Víctor a apabullar con la mayor desfachatez del mundo a nadie y mucho menos frente a las cámaras de televisión ante millones de telespectadores en Cuba y con alcance mucho más allá de nuestras fronteras.
Actitudes como esta se alejan totalmente de nuestros principios éticos y morales y no constituyen ejemplos para nadie y mucho menos para la juventud que sigue con denuedo nuestro pasatiempo nacional.
Por muy desacertada que haya sido la pregunta de “Oscarito”, si es que lo fue, debió limitarse, sencillamente, a no responderla, pero no le asiste ninguna razón para la ofensa y esa no puede ser la tónica de esas conferencia por la simple razón de haber perdido un juego de béisbol en el noveno capítulo que casi lo tenía en el saco.
Quienes no estén preparados para ese rol ante la opinión publica nacional e internacional, simplemente debe delegar en otra persona mejor preparada y no sólo como especialista en el deporte, sino que reúna los imprescindibles requisitos de educación formal que debe caracterizarlos.
Hemos visto innumerables conferencias de prensa de los mejores entrenadores del mundo en diversos deportes, pero nunca hemos presenciado algo semejante, ni tan siquiera entre perdedores de prestigiosos conjuntos de fútbol, basket o béisbol, entre otros, quienes han mantenido su decencia por sobre todas las cosas.
Durante la plenaria provincial de los periodistas espirituanos, previa a su Noveno Congreso, uno de los temas más debatidos fue, precisamente, el referido a la indeseable actitud de las fuentes de varias instituciones que impiden a la prensa hacer una mejor labor profesional y este es uno esos indeseables ejemplos.
Por lo visto, estamos en presencia del desvanecimiento de la imagen deportiva de alguien que ha tenido méritos suficientes para brillar con luz propia, pues hoy los principales comentarios sobre el inesperado desenlace del partido entre Gallos y Cocodrilos, no son sólo los referidos a ese crucial juego, sino que se une a ello y al mismo nivel la desmejorada y antiética actitud de Víctor Mesa con nuestro colega.