tomada de cubaprofunda |
- Para todos no Ely, para los que puedan pagarla.
Ely bajó la cabeza mientras me decía qué, una vez más yo tenía la razón.
La tan cacareada y reclamada apertura - entiéndase el reclamo desesperado del viejo Juan, el del poema TENGO de Nicolás Guillén - ha traído a la sociedad cubana, una vez más, esa falsa igualdad que siempre se ha blasonado y que sólo existe en papeles.
Nunca fuímos iguales. Por lo menos yo, desde que tengo uso de razón siempre percibí, aún desde la vociferada igualdad entre todos, unos que tenían carros y otros no, unos que viajaban y otros no. En mi época de infante, el tipo duro en mi barrio era un marino mercante cuyo nombre he olvidado. Era flaco y feo pero tenía de todo en su casa, y por la escalera del edificio desfilaban, sin temor a equivocarme, las chicas más bellas de todo Cienfuegos y yo, desde mi perspectiva ingenuo-infantil pero heterosexual en potencia, lo convertí en mi héroe... y eso que decían que éramos todos iguales.
Ahora tampoco lo somos, pues algunos podrán acceder a Internet y otros no. Como tambiém algunos se hospedan en Hoteles y otros no, o algunos se compran casas o carros y otros no, pero la libertad - oh la liberté - es algo que muchos esperábamos.
Veamos esta excelente anécdota que nos cuenta Gisselle Morales en su blog cubaprofunda acerca del tema del INTERNET al alcance de todos.
http://cubaprofunda.wordpress.com/2013/05/29/del-cable-un-pelo/
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