Taryn Wright, de 31 años, de Grays, Essex, era miserable en su matrimonio.
Llevaba la talla 10 cuando conoció a su esposo, un comerciante, en la boda ya llevaba la 12.
Nunca había tenido problemas con su peso antes de casarse.
Durante el matrimonio se disparó rápidamente su peso corporal, y comenzó a comer y a comer por aburrimiento, según dice, pasando de la talla 12 a la 20. Pero después de dejar al esposo, el peso comenzó a caer solo, sin ni siquiera intentarlo.
Lo cierto es que esta noticia es un poco alarmante, porque si ahora comenzarán a atribuirle al matrimonio la gordura, entonces se disparará el número de divorciados o quién sabe, a lo mejor los delgados comiencen a contraer matrimonio para agarrar algunas libras de más.
Veamos algunos fotos tomas del sitio Mail Online, donde puede leer el artículo completo.
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