Hay personas que no tienen las ideas claras. Caminan por este mundo como zombies, flotando, chupando almas. No les temo. No le temo a ninguno, pero me duele. Me duelen. Me duele que existan, que vivan sordos. Que caminen ciegos. Que no sientan el gaznatón en la cara. Que no sientan el calor. Que no huelan la sangre.
Me duele que sean tontos y se pasen de listos. Que crean que te pisotean, que usen un lenguaje fuera de moda, arcaico y por demás incoherente para ponerte en aprietos, con algo que no conocen, algo que repiten miméticamente, pero que de un modo u otro te acorrala si no estás claro en lo que llevas dentro. Me duele que se hagan ricos con tan poco dentro, incluso con lo que no sienten o no saben sentir, pues no pueden interpetrar.
Más me duele cuando dirigen. Cuando orientan. Cuando no se atreven. Cuando claudican. Cuando 363 días del año se la pasan de reunión en reunión, o detrás de buroes o sentados en auditoriums, en reuniones donde casi siempre se discute lo mismo, y casi siempre se llegan a los mismos acuerdos y se quedan pendientes los mismos problemas que se quedaron pendientes de la reunión anterior. Me duele que ni ahí digan: Wake up!! No estamos en la Guerra Fría y el Barón de Coubertain es un legado hermoso, pero...
¿Los otros dos días? Esos son para despedir y recibir.
Y la gente, ay la gente... la gente pide recibimientos y vítores y gangarrías y caravanas y pioneros agitando sus pañoletas, caballitos y perseguidoras delante del jeep decapotable y el héroe, hundido y erguido en su humildad y modestia sin saber que decir, sin saber que pensar de todo esto que ahora tiene, que siempre se mereció pero nunca tuvo.
No tengo nada en contra de los pioneros. Ni en contra de las pancartas. Ni de las pañoletas, ni de las boinas ni de las banderitas. Tampoco tengo nada en contra de las batuteras, o de las porristas - si las hubiera - incluso reíria y con malicia si alguna chica descubriera su pecho ante el paso de la caravana y se apreciara en su piel unas letras en rojo que dijeranLEINIER, TO´ESTO ES TUYO. No tengo nada en contra de que la gente se exprese como quiere. Incluso en llantos de felicidad. Este mundo es así: heterogéneo y plural.
Lo jodido es que el tipo, el monstruo, El Caballón de Atila, se las ha venido janeando hace mucho tiempo solo. Sin mucho apoyo, o casi ninguno por decirlo correctamente, porque nadie, NADIE, de los que por alla arriba andan o andarán creyó en él. Porque a la excepción de la regla le gana la ingenuidad. Porque nada presagiaba algo así y la atención se centraliza en lo único en lo que somos los mejores - o éramos -, en la pelota.
Lo jodido es que ahora saltará un tonto con cara de cumpleaños a decir que este es un logro de nosequecosa o de lanosequé y nadie, NADIE, recordará el trago amargo, la vaselina. Nadie se acordará de las calendas griegas. Todo el mundo aplaudirá al monstruo de las 64 casillas y por carambola, los otros monstruos se anotarán un puntico ante el Comandante, o ante Raúl, eso, sin haber movido un centímetro su culo para ayudar al hombre.
Lo que me jode, es que los imbéciles, dirán que el tipo se preparó bien, que es un cojonú, que derrotó a fulano y a mengano. Quizás algún periodista suspicaz le preguntará a quien dedica el triunfo esperando una respuesta que si no llega él, graduado cum laude en la Facultad de Comunicación Social, forzará a que responda. Ya estoy harto de eso. Lo viví durante muchos años.
Lo mejor de todo es que SE que el triunfo se debe, sin dudas, a su participación durante unos cuantos meses - pasan de veinticuatro - en Torneos de España y de Rusia, representando a Clubes Extranjeros, a pesar que la Revolución insiste en que no se puede, que los deportistas cubanos no compiten por dinero y yo pregunto: ¿se puede o no se puede?
Claro que se puede! Y quien no se de cuenta de eso es un imbécil, vestido con guayabera, agenda o maletín Samsonite en mano y seis bolígrafos enganchados en el bolsillo de la cubanísima prenda. Algo así como un Lindoro Incapaz de tal Organismo o de más cual Ministerio, y mientras sigamos metidos en la urnita o en la cajita, juzgando y pensando como hace 50 años, en la pelota nos ganará Micronesia, en el Volley femenino Islas Palau, talentos del futbol como Osvaldito Alonso se desperdiciarán en potreros y Motumbo nos meterá su verga sin vaselina por el trasero y nosotros, canalizando el dolor de escalón en escalón, pues es lo que está establecido, solo haremos llegar a oídos de la verdad la frase de VAMOS BIEN, arropada tras el beneficio de uno pero con sangre en el esfínter de millones.
Ya me harté de talentos perdidos, o dinero robado. Hoy me recordé de la anécdota de Julito Gonzalez viviendo en un bajareque, de Luis Giraldo Casanova vendiendo pan en una bicicleta por todo Pinar del Rio.
Perdónenme si usaré este nombre, pero con ello quiero hacer alusión a todos los mediocres que rinden pleitesía y a todos los que allá arriba, bien arriba, lo más arriba posible, inflan globos pintaditos de muchos colores. A los que no pintan nada y sí disfrazan. A los que van a dar discursitos de pacotilla el día de la inauguración o cuando se discute el campeonato.
No se me ofenda nadie, porque yo no soy político, ni hago politica pero en nombre del deporte cubano pregunto: ¿!HASTA CUANDO COMANDANTE!?
por Roberto A. Lamelo Piñon
Requetebuenoooooo ,hasta cuando?
ResponderEliminar