Bueno, bueno, realmente uno escucha cada cosas.
En horas de la tarde de este jueves, la Fiscal General de la República Bolivariana de Venezuela, a través de la red social Twitter y su usuario oficial @lortegadiaz nos informa que “de acuerdo con nuestra Constitución la nacionalidad venezolana no se pierde al optar o adquirir otra nacionalidad”.
Nos extraña este “tuit” de Luisa Ortega Díaz y lo único que nos viene a la mente es la investigación que realiza el diputado por el estado Táchira, Abelardo Díaz, sobre la nacionalidad del presidente Nicolás Maduro.
En tal caso, lo que investiga Díaz parte de la base de que siendo colombiana la madre de Maduro este tendría la nacionalidad colombiana automáticamente y por lo tanto no podría ser presidente de Venezuela, no al revés.
Esto apareció en el diario Diario en la Mira , donde se esclarece la situación de Maduro y su debatida nacionalidad. Ahora resulta que por ser su madre Colombiana, maduro sería automáticamente colombiano y que por tanto no podría gobernar Venezuela.
Yo lo que me pregunto es, si realmente será Maduro o su antecesores quienes gobernarán Venezuela. Creo sinceramente que ya es una cuestión de buscar por todos lados para sacar a Maduro del poder y también creo sinceramente que ya parece más una batalla de esas donde nos agarramos hasta de un palo podrido para hacer cumplir nuestro propósito.
En otros sitio, también he encontrado que Maduro, actual presidente de Venezuela, ni siquiera nació ahí, sino que llegó de Colombia.
Bueno esto no es nuevo, recuerdo que así, casi que igualito ocurrió con Obama, y que aquello desató no se cuantas investigaciones. Y recuerdo algo que no olvidaré nunca, como en una entrevista transmitida por el Canal Tele Martí, uno de los hermanos Diaz- Balart, nos recordaba a los cubanos, que Fidel Castro era hijo de un español que había ido a Cuba a pelear contra los mambises; es decir que según ellos, por descendencia, tampoco tenía el derecho de gobernar.
Al parecer están de moda los que viniendo, descendiendo o naciendo en otros lados, llegan a presidentes. Tendríamos que preguntarnos qué pasa con los que realmente nacieron en esas tierras de las que dicen tener más derechos que los otros.
Por otro lado, cuando se trata de asuntos tan superficiales e inverosímiles, vale que nos hagamos una pregunta que hace poco debatía con mi buen amigo Adrián y que la respuesta, tal y cómo yo la concibo, nos llevaría a cambiar toda la historia alterando hasta nuestra relación con el pasado.
De qué venezolano auténtico estamos hablando? De qué colombiano auténtico estamos hablando? De qué cubano auténtico estamos hablando?
No se han puesto nunca a pensar, que nosotros los cubanos, nada tenemos que ver ni con Hatuey, ni con Guamá, ni con ninguno de esos aborígenes tristemente eliminados por nuestros tatarabuelos. Nuestra historia la de los cubanos, que ahora defienden a capa y espada una nacionalidad venida desde los aborígenes, nuestra historia es en realidad España, es Europa, es África vestida de España, son los santos vestidos de España. De los aborígenes, exterminados y muertos por su propia incapacidad de enfrentar a quienes fueron superiores, guardamos el recuerdo de que fueron los primeros pobladores de una isla a la que por suerte lograron que se mantuviera su nombre, pero nosotros, hermanos Diaz- Balart, también tenemos de España como de África, nosotros somos hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de todos los que poblaron la isla barriendo con sus verdaderos nacionales.
Y de Venezuela, qué decir de semejante disparate, al final, nunca están demás esas palabras de Simón Bolívar que algunos ahora dicen que no dijo "He arado en el mar".
Lectores, estimados lectores, no se asusten, pero la historia es un cachumbambé, así que no compren de quienes se la dan de nacionales.
Lectores, estimados lectores, no se asusten, pero la historia es un cachumbambé, así que no compren de quienes se la dan de nacionales.
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