lunes, 14 de enero de 2013

EL CUARTO PODER Y “LA EXTRANJERIA” EN ESPAÑA


Aunque a algunos le parezca fantasía o habladurías de trasnochados, desde que en el lejano Siglo XVIII Edmund Burke hablara del poder de la prensa y su capacidad movilizativa para transformar o adecuar los acontecimientos en cualquier sociedad según sus propios intereses, el llamado CUARTO PODER ha ejercido, bajo determinadas circunstancias, un papel preponderante en la política mundial. Generador y catalizador de la opinión pública, capaz de influenciar en la toma de decisiones a nivel de masas e incluso de las clases dirigentes o de los grupos en el poder, es sencillamente “un demonio colorao’” como dirían en mi tierra.

Lejos estaría Burke de sospechar que siglos después de haber enunciado por primera vez su tesis sobre El Cuarto Poder, la prensa manipuladora de siempre, soporte de papel y tinta tal y como él la conoció, palidecería de poder aglutinante ante medios de comunicación más poderosos como sin dudas lo son la radio, la televisión, el Internet. Mientras los dos primeros continúan casi sin excepciones respondiendo a los intereses de la maquinaria política que los creó o dentro de la cual “viven y se alimentan” (sean gobiernos de un tipo o del otro) la Internet, quizás por ese “amplio anonimato libertino” de quienes la usamos, se ha escapado un tanto de las garras controladoras y en la diversidad de su mensaje comunicativo, en ocasiones es que encontramos la alternativa a tanto poder y embrujo mediático del cual todos somos víctimas.

… “La politica è la cosa, con la quale o senza la quale, tutto resta tale e quale”  Creo que nunca olvidaré esa frase – adecuación de un viejo axioma italiano referente a la filosofía. No se porqué, quizás piense que haya sido una primera aproximación de mi parte en los intrincados vericuetos del entendimiento de la política y sus protagonistas, algo que muy probablemente nunca llegue a comprender del todo; como tampoco puedo comprender el alma humana, como quizás tampoco logre concebir que alguien crea que lo que se dice en la Televisión es sagrado cual hechizo mágico y verdadero. Personas que aun, con todo lo bueno que llevan dentro de su alma, confían casi cien por cien en la bondad de ese ser humano que rige por obra y gracia de votos – a menudo apañados –  los destinos de su nación y yo no quiero hablar de países ni de Continentes, pero a muchos nos aturde ya lo mismo. A menudo los vemos en la Televisión, cual gladiadores de una nueva Roma. Discutiendo reformas, proyectos, leyes… y no es que yo niegue la dialéctica, ni que este contra de la discusión. Se trata simplemente que muchas veces, mientras los miro me recuerdo del cuento de los Tres Cerditos y El Lobo. Como cuando hace cosa de un año y medio se discutió en España, El nuevo Reglamento de Extranjería o Real Decreto 557/2011, de 20 de abril, decreto referente a los derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. Una ley, que como toda ley que se respete tenía (tiene) sus pros y sus contras. Así que "las mejoras" en cuanto a las nuevas figuras de arraigo familiar y de violencia del género (entre otras) quedaron bien edulcoradas, atrapadas en la verborrea que todas las leyes llevan en su redacción, mientras se disfrazaba su verdadero objetivo que era (es) el reforzamiento del “control de fronteras.”

Lejos de que el inmigrante pudiera regularizar sus papeles o acceder a un trabajo digno, al final lo que se le estaba dando eran (son) nuevas trabas para que se quedara como hasta ahora: irregular – entiéndase,  SIN PAPELES.  Una ley que no comprendía en lo absoluto el fundamental principio de igualdad y no discriminación. Sacrosanto derecho de todos los seres humanos.

Claro está, que para pueblos entrenados en Telenovelas y Talk Shows de la más diversa variedad - España es un vivísimo ejemplo de ello - hastíados de politiquería barata, de Derecha y de Izquierda y de que este candidato sí que te va a dar y de que este otro sí que es honesto, un debate televisivo con lenguaje de trifulca, veleidoso y enrevesado - como esos que se dan en el Congreso Español - hablando sobre los inmigrantes, era (es) como la medicina amarga que el niño pequeño nunca quiere tomarse. La Gran Prensa habló de lo que le convino; lo dijo del modo que EL JEFE mandó pues para eso él paga. Y es que perro huevero...

 Las grandes potencias siempre seguirán eludiendo su principal compromiso de ayuda a los países subdesarrollados. Los poderosos del Norte siempre seguirán robando el talento del Sur. Los países pobres, dependientes económicamente en muchos casos de los ricos países en crisis del Norte, seguirán dando a luz inmigrantes por millones, como el bicho de la película Alien. La nosequien seguirá adoptando niños huerfanitos pobrecitos africanitos; nosecual organización mandará ropitas, arroz y aceite a países golpeados por cualquier otra catástrofe y como reza la vieja y bella canción de Julio Iglesias la vida sigue igual.

No dudo que se seguirán legislando leyes migratorias - no solo en España, la de Cuba, la de hoy 14/1/2013 está "calentica, calentica" mientras que la de aquí, la de los E.U.A, está (sigue) en veremos - y leyes para el extranjero como si fuéramos cualquiera de los dos cerditos primeros del cuento infantil, pues aun cuando el verdadero desafío de las políticas migratorias está en regular el flujo migratorio, la adaptación y convivencia de las miles de personas que se han desplazado de su lugar de origen hacia otros destinos en busca de un futuro mejor – o han sido desplazados por causa mayor –, pienso que lo ideal sería favorecer no solo su integración en su “nueva vida” sino ayudarlos del mejor modo posible a que su lugar de nacimiento, si bien ellos no fueron quienes lo escogieron para nacer, sea el mundo en el cual ellos si puedan elegir querer vivir.

Claro está que los pobres, los inmigrantes, los endeudados y desplazados nunca tendremos al Cuarto Poder de nuestro lado. Tal vez nunca podremos gritar y que nos oigan millones; tal vez lo hagamos y el Cuarto Poder nos acuse de incivilizados. Tal vez unos pocos puedan más que unos cuantos. Tal vez sigamos gritando y basta con que nos oiga uno solo.

Tal vez un día, bastante incierto y que no se avizora todavía, inteligentemente “ellos”, los del Cuarto Poder, comiencen a ponerse de nuestro lado. Ellos entonces serán “otros”; nosotros seguiremos siendo “los mismos” aspirando a que en este resquicio heterogéneo, cosmopolita y anónimo que nos han dejado llamado Internet – el cual muchos ni siquiera conocen que existe – podamos aunar las fuerzas necesarias  para compartir información y tecnología, inventos y patentes, contribuyendo a que los pobres seamos cada vez menos pobres y que los ricos no se sometan tanto a la sed de tener cada día más riqueza.

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