En octubre del pasado año tuve la dicha de reencontrarme con uno de aquellos peloteros que conformaron la poderosa “trituradora naranja” de Villa Clara, allá por la década de los 90, equipo que bajo la égida del ex torpedero Pedro Jova se agenció tres coronas de manera sucesiva (1993-1994-1995), el enmascarado Angel López.
En aquella oportunidad “El Diablo”, como se le conociera en el mundillo de las bolas y los strikes, habló de su incursión por la pelota cubana y de aquel equipo anaranjado, en el cual militaron jugadores de la talla de Jorge Luis Toca, Jorge Díaz, Eduardo Paret, Rafael Orlando Acebey, Víctor Mesa, Eddy Rojas, Oscar Machado, Osmany García, Rolando Arrojo, José Ramón Riscart…, entre otros.
Pues bien, ahora este formidable receptor, dio interesantes declaraciones a la emisora ESPNDeportes Radio de Miami, en entrevista que concediera al colega Jorge Ebro, y que tan gentilmente me hiciera llegar una vez más el fraterno Osmany Hernández, por demás reconocido periodista y narrador y comentarista deportivo, hijo de Sagua la Grande.
López rememoró cómo comenzó a jugar béisbol a la edad de 7 años en la Villa del Undoso en las categorías infantiles y ya a los 12 pasó a la EIDE Héctor Ruiz de la provincia de Villa Clara.
Ponderó al mentor Pedro Jova, con quien tuvo la dicha de actuar en varias temporadas, un hombre que según él fue un excelente manager que enseñó mucho a aquella generación de peloteros.
“Equipo como aquel de Villa Clara no ha existido otro hasta el momento, y fue esa precisamente la mejor etapa de mi carrera deportiva”, dijo López, quien afirmó el haber podido jugar de manera regular a partir de 1993, pues con anterioridad estaba en esa posición el estelarísimo Albertico Martínez.
Comentó que aquel era un equipo que prácticamente podía jugar solo, de mucha experiencia y bien balanceado, con un Víctor Mesa inmenso como bujía inspiradora que se afianzaba en la fortaleza de su línea central que era como gran cerrojo por donde no pasaba nada.
Recordó cómo tras haber tenido tanto él como Osmany García un contacto con Rolando Arrojo, quien ya había abandonado Cuba, no le dieron razones de peso como para separarlos de la pelota al comentarles que Arrojo había ido a visitarlos a México.
“Ellos determinaron que por haber hablado con él íbamos a ser sancionados definitivamente del béisbol cubano”, afirmó.
A partir de ese momento, López pensó que se le acababa el mundo, pues lo más que había hecho en la vida era precisamente jugar béisbol. “ Fue bien dura esa injusta suspensión”, acotó.
Por tal motivo decidió abandonar el país en 1998 en unión de Maikel Jova, Alaín Hernández, Osmany García y Jorge Díaz. “Con anterioridad nos habían comentado que íbamos a jugar después del partido 45 en ese año 1998 y comenzamos a entrenar a puertas cerradas en el Sandino hasta que un buen día nos comunicaron que definitivamente no íbamos a participar más en las series nacionales”, dijo.
López estableció así residencia en Costa Rica, fue a Dominicana y de ahí a Puerto Rico, donde rememoró con satisfacción la ayuda que recibió en suelo boricua del padre del ex receptor de los Yanquis de Nueva York, Jorge Posada, quien lo incorporó a los Indios de Mayaguez y estando allí los Marlins le echaron el ojo y llegaría la firma con dicha organización.
Volviendo atrás mostró su inconformidad y disgusto cuando tras haber brillado en el Preolímpico con vistas a la Olimpiada de Atlanta no fue tomado en cuenta para el equipo Cuba, donde incluso dio importante cuadrangular a Jeff Weaver.
“Víctor Mesa se me acercó esa noche y me dijo que no me querían en ese equipo”, expresó López, y lo regresaron para Cuba.
Mencionó con satisfacción el trabajo que realiza hoy en Tampa –donde reside- en la Academia Béisbol Total junto a al ex camarero de Vueltabajo Yobal Dueñas, donde entrenan jugadores de Grandes Ligas, otros de las Ligas de Invierno y alumnos de High School, con una excelente matrícula.
Dijo sentirse feliz con lo que hace y estar agradecido de la vida y de su familia.
Por último envió gracias a todos los seguidores de la pelota y que la sigan apoyando de una forma u otra.
No se despidió sin antes decir que Cuba para el Clásico debe tener una alineación regular tanto para lanzadores zurdos como derechos, contar con una línea central estable, y en cuanto al caso del receptor Ariel Pestano, mostró su inconformidad por habérsele dejado fuera.
“Esto que hicieron con Pestano, mejor lo hubieran hecho antes. Pero si lo mantuvieron para este ciclo y lo llevaron a todos los torneos y topes importantes de Cuba, no es lógico que se haga ahora. La confianza de los pitchers no va a ser igual. El debería estar en el Clásico”, recalcó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario