El descontrol es el camino a la perdición. Tome como ejemplo su propia casa y deje que todos administren los recursos financieros sin medida… ¿qué pasaría al final de mes? –independiente a que ahora mismo hay que hacer malabares para estirarlo hasta el próximo cobro. Repita el mismo ejercicio, pero a nivel macro y verá las consecuencias.
Al descontrol están asociadas figuras que constituyen delito, como la
corrupción o el enriquecimiento ilícito, ambos fenómenos despiertos en
un caldo de cultivo al que hay que poner coto, y en cualquier sociedad.
En la nuestra devienen desmotivación colectiva y ese hecho corroe los
pilares del sustento ideológico que ponderamos. El círculo hay que
cerrarlo… y se cierra para los abúlicos y delincuentes de cuello blanco.
De acuerdo con un reporte publicado por el espacio noticioso de Perlavisión:
Las acciones de control ejecutadas el pasado año en Cienfuegos
evidenciaron un daño económico superior a los 54 millones de pesos, 38
millones más que en 2011, en general, por mal desempeño de cuadros y
funcionarios, así como uso indebido de recursos.
Sectores como Cultura, Comercio, Comunales, Deporte, y Finanzas y
Precios fueron de los más vulnerables, al representar más del 90 por
ciento de las afectaciones, también a causa del descontrol interno y
problemas con la documentación, que merecieron las medidas
disciplinarias correspondientes.
Durante el balance anual de trabajo de la Contraloría Provincial,
la Contralora General de la República de Cuba, Gladis María Bejerano,
afirmó que la detección y el enfrentamiento a las ilegalidades y hechos
de corrupción administrativa contribuyen a prevenir tales
manifestaciones.
El daño económico puede manifestarse lo mismo en la alteración de un
precio –acción que no solo compromete la moral, sino el bolsillo de los
afectados-, hasta el desvío de recursos hacia el mercado subterráneo o
lo que es peor, el contubernio entre dependientes estatales y pícaros de
nuevo tipo, que luego revenden a montos superiores, lo mismo con
patente de cuentapropistas o la de corso que otorga el libertinaje en
que algunos pretenden vivir.
También el perjuicio lo ocasiona quien a conciencia toma lo que no es
suyo y lo convierte en patrimonio personal, esos que avasallan a sus
iguales a costa de cargos, beneficios asociados a sus deberes y
obligaciones, quienes copian al dedillo a los ricos de la aldea
globocolonizada –el término no lo inventé, es una excelente definición
de Frei Betto que me encantó- y convierten su cotidianidad en paraíso
tropical a costa del dinero del Estado, que es el mío y de otros como
yo, con menos posibilidades.
Para quienes justifican cualquier acción en contra de la estabilidad
interna, dirán que el fin justifica los medios y ese es el camino para
sobrevivir en medio de las dificultades; podrán manifestar que el
mejoramiento humano es precisamente el fin de cualquier humano. Otros
razonarán, y lo saben, que se dormirá tranquilo si lo alcanzado es con
esfuerzo propio, aunque las condiciones te sean adversas y para tener el
tiempo pasará y pasará…
Volvamos a la esencia: Habrá mil intentos por sacar el pie, se
cavilarán otras mil formas de burlar lo establecido, pero si existe
control quedarán al descubierto los ladronzuelos y ladrones de marca
mayor, a quienes cada vez se les cierra más el círculo, por el bien del
resto de los cubanos –de los humanos.