lunes, 1 de abril de 2013

MI HIJO NUNCA QUIERE QUE ME VAYA.




Por: Yanko Bermúdez Villa.

Hace casi un año ya, tuve la “suerte” de unirme a ese inmenso grupo de personas que, en algún momento, abandonamos todo lo importante que tenemos en la vida, solo para perseguir un sueño que no siempre alcanzamos. Abandoné mi país, mis amigos, mis costumbres, mi cultura, mi propia vida. Todos los días me pregunto si realmente valió la pena haber deseado tanto esto, para ahora sentirme así, tan necesitado de todo aquello que ya no tengo.

 Muchos tomamos esa decisión, ahora somos emigrantes. Todos los países del mundo, me atrevería a asegurar, han pasado por la experiencia de acoger a un extranjero, o despedir a uno de los suyos, que por motivos muchas veces ni siquiera relacionados con la política, como el mío, decidimos dejar detrás el calor de la patria que nos vio nacer.

Allá, en mi tierra, en mi país, aún tengo familia, una gran parte de ella, la más importante además, mi hijo. A pesar de todo, he tenido una oportunidad que muchos no tienen, desde que salí, he regresado varias veces, la verdad es que si no fuera no hubiera soportado estar aquí y así ya me hubiera quedado allá.

 Siempre me golpea sobremanera la despedida, los rostros de tristeza de todos los que me quieren, eso sin contar con el mío que no me lo veo, realmente son momentos desesperantes. Es muy duro sentir cómo tu vida se detiene a medida que caminas hacia la puerta de un avión, que sabes muy bien, te alejará de  ese lugar de donde ahora, no quisieras haberte ido nunca, y será entonces, pasado un tiempo que no sabes cuál será, que comenzará a fluir nuevamente esa adrenalina por tu cuerpo gracias al regreso, por ver los primeros árboles, o las costas de ese lugar donde encontrarás nuevamente lo que un día dejaste. 

Pero el tiempo no se detuvo ahí, solo lo hizo para ti, para que lucharas en otro lugar por eso que te llevó a irte, pero para los que se quedan, la vida continúa, y es entonces que te das cuenta de que ya nada es igual, las cosas no están como las dejaste. Mucha gente te extrañó, lloraron por ti, te sufrieron más de lo que hubieras pensado, y eso causa heridas que no curan fácilmente.

En mi caso muy particular, hay una personita que es quien más me retiene, quien más me hace regresar una y otra vez, quien no permite que mi mente pase un día completo aquí donde estoy, sino que insiste todo el tiempo en estar allá junto a él, mi hijo. Es además quien menos entiende mis motivos, solo comprende que me necesita, me piensa, y recuerda que cuando termine su día en el colegio y llegue a la casa, no me va a encontrar, no estaré ahí para ayudarlo a hacer sus deberes, para jugar con él, o para dormirse a mi lado como en una época hizo, ese “pequeño man” que cada vez que me habla por teléfono, lo primero que pregunta es cuántos días faltan para que regrese y juegue con él.

Cómo hacerlo entender, cómo borrar todos esos momentos tristes de su vida para siempre. Tal parece que es verdad lo que dice el grupo Buena Fe en su canción, “nunca te irás del todo”, siempre va a haber algo que te haga querer regresar, algo que te provoque dolor solo de recordar de donde saliste, en el caso mío muy particular,  es que “MI HIJO NUNCA QUIERE QUE ME VAYA”.

A ti mi pequeño, eterno dueño de mi vida y mis sueños. Te amo.

1 comentario:

  1. Hermoso Yanko, muy hermoso, y tan real..... hilmary liriano

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