Un buen amigo me puso al corriente de lo ocurrido, y yo los pongo al corriente a ustedes, por lo interesante del hecho y por lo singular del mismo. La Joven Cuba, un sitio de blogueros jóvenes, que desde la Universidad de Matanzas le erizaban los pelos a más de uno con sus críticas, fue bloqueado.
Durante un buen tiempo soportaron la censura de instancias superiores, venida, por supuesto, de algunos encargados de controlar el acceso y la salida a internet, a los que le pareció que a los muchachos de LJC ya se les estaba yendo la mano con sus críticas y que habían cruzado la barrera de lo permitido o de eso, que hasta el momento, podía ser aceptado como crítica. Al final, eran ellos quienes les garantizaban el acceso a internet.
Los muchachos hicieron lo contrario a lo que algunos pensaron o les sugirieron, aunque según han comentado ellos mismos, cuando más duro se puso el asunto, un señor, al parecer extranjero, les ofreció su ayuda "desinteresada" para garantizarles el acceso a internet, ellos en cambio, decidieron continuar la lucha desde la izquierda y arando con la carreta y los bueyes que poco entendían de sus críticas, se mantuvieron en la cuerda de lo que parece imposible.
Hubo incluso quienes aplaudieron la censura, según comenta en su artículo Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC, y esos mismos seguidores de los censuradores, plantearon que como los muchachos utilizaban un recurso del estado se les podía bien cortar el agua y la luz por sus críticas.
Pero veamos lo que ocurrió después, veamos el desenlace a esta crítica de izquierda desde la izquierda.
Tomado del artículo de Fernando Ravsberg, que fuera enviado a mi correo electrónico.
Pero el mundo ha cambiado a pesar de que los censores no parecen notarlo. Hace pocos días Miguel Díaz Canel trató de explicarles que con el desarrollo de las tecnologías de la información, de las redes sociales, de la informática y de internet, "prohibir algo es casi una quimera".
Agregó que "hoy las noticias de todos lados, las que son buenas y las que son malas, las que están manipuladas y las que son verdades, las que están a medias, circulan por las redes, llegan a las personas, la gente las conoce, y lo peor es entonces ¿qué?: el silencio".
Pero como no hay peor sordo que el que no quiere oír, la respuesta fue "silenciar" también la opinión del Vicepresidente de la República. Sus palabras aparecieron en el noticiero de TV pero, a pesar de la importancia del mensaje, ningún periódico las reprodujo.
De todas formas el regreso de LJC resquebraja el muro del silencio. Según Roberto los desconectaron "por opiniones nuestras sobre la realidad cubana" y, paradójicamente, ahora les recomiendan que sigan "haciendo las cosas como las estábamos haciendo".
Lo encontré en "Twitthab", un evento de tuiteros cubanos y me aseguró que "hoy estamos de regreso aportando ideas al debate de la sociedad cubana (...) y diciendo lo que realmente pensamos (...) porque el día que nosotros no podamos decirlo dejaremos de bloguear".
Roberto y Harold fueron recibidos con alegría por los cibernautas reunidos en el Twitthab, de alguna forma muchos intuyen que la batalla por la reconexión de LJC fue parte de la guerra de todos, sirvió para evitar que mañana las campanas doblen también por ellos.
Y usted amigo lector qué opina ? Es posible hacer una oposición de izquierda dentro de la izquierda sin recibir fondos ni recursos de un tercer país?
Todos los comentarios son aceptados, por favor, evitemos las ofensas y comentemos con respeto.
Liber: Creo que el articulo es un buen gancho para que la gente se interese sobre que paso con LJC, quienes eran los chicos, etc y etc.... yo lei bastante sobre el tema este hace unos cuantos meses,,, simplemente ellos, creyeron que, siendo honestos sinceros y criticos DESDE DENTRO podian ayudar a mejorar "la cosa"....
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