El disidente cubano Guillermo Fariñas viajará a mediados de junio a España para presentar un proyecto de transición alumbrado desde la Unión Patriótica de Cuba(Unpacu). La novedad de este proyecto es que, al contrario que todos sus precedentes históricos, su punto de partida estaría cimentado sobre el diálogo con el régimen de los Castro y en que, explícitamente, remarca su intención de evitar cualquier tipo de tutela. “Ni Estados Unidos ni Venezuela ni ningún otro gobierno nos va a imponer reglas ni proyectos. Este es un proceso impulsado desde la disidencia interna cubana y basado en la soberanía del pueblo cubano, en el que no vamos a permitir ningún tipo de injerencia”, señala desde La Habana, en conversación telefónica, José Daniel Ferrer, secretario ejecutivo de la Unpacu y más que probable cabeza de lista en las elecciones que se celebrarían si el gobierno de Raúl Castroacaba dando su brazo a torcer.
Fuentes de la Unpacu ya asentadas en España ponen mucho énfasis en resaltar este aspecto: “Nuestro proyecto no tiene nada que ver con la resistencia de Miami.Es la oposición de los cubanos que nos hemos quedado en Cuba la que quiere impulsar esta idea. Aunque, evidentemente, no excluimos a nadie”, insisten para desligarse de los liderazgos urdidos desde Miami, siempre sospechosos de vasallaje con los intereses norteamericanos sobre el futuro de la isla caribeña.
José Daniel Ferrer, a quien se le ha negado el pasaporte para viajar a España a presentar su proyecto, reconoce que una de las misiones de Guillermo Fariñas en nuestro país es buscar asesoramiento no solo para inducir al gobierno de Castro a sentarse a dialogar
“Pedimos el diálogo con el gobierno de Castro, tutelado o no por ONGs de calidad, y que ese diálogo sea público. Que la gente de Cuba y del exterior sepa que existe ese diálogo y que cada paso que se dé se vaya trasladando a la población y a los medios internacionales de forma objetiva”, señalan los responsables de la Unpacu en un documento interno que han facilitado a El Confidencial.
José Daniel Ferrer, a quien se le ha negado el pasaporte para viajar a España a presentar su proyecto, reconoce que una de las misiones de Guillermo Fariñas en nuestro país es buscar asesoramiento no solo para inducir al gobierno de Castro a sentarse a dialogar. También admite que necesitan formación en materia económica y política para abordar la pretendida transición con criterios realistas y sin improvisaciones. “Es de vital importancia, en muchos de los procesos que queremos emprender, que nos ayuden desde fuera a plantear las cosas con criterios racionales. No es una petición de tutela. Es una petición de formación, de consejo, de asesoría. Tienen que tener en cuenta que la gente que ha estado en la lucha tampoco ha tenido mucho tiempo de formarse. No queremos que abogados, políticos y economistas de fuera lideren la transición”, resalta Ferrer.
Aunque todavía no desean hacer público el nombre de ninguno de esos asesores, off the record sí ofrecen una lista bastante llamativa de personalidades que han ocupado altos cargos en los distintos gobiernos españoles y algunos puestos de alta responsabilidad en el organigrama de la Unión Europea. Los primeros contactos ya se han establecido, aseguran. Y uno de los motivos del viaje a España de Guillermo Fariñas es apuntalarlos. Probablemente, a lo largo del mes de junio se irán conociendo las identidades de este oficioso think-tank político-económico. Un énfasis más: insisten en que en este grupo estarán representadas todas las ideologías democráticas. De nuevo, persistencia en recalcar que Unpacu se desmarca de la desprestigiada oposición anticastrista germinada de la derecha económica o el neoliberalismo estadounidense. De Miami. “Si ellos [los Castro] aceptan el diálogo, sencillamente el diálogo, podremos decir que estamos en sintonía con ellos. No abogamos por un proceso rupturista radical. Buscamos un proceso de reconciliación nacional”.
La recuperación de la propiedad privada
Uno de los más grandes escollos al que se enfrentaría cualquier opción aperturista en la isla es el de la recuperación de lapropiedad privada. Los expropiados tras la caída de Fulgencio Batista van a exigir, sin duda, sus derechos de propiedad una vez iniciado el proceso liberalizador. Una de las opciones que maneja Unpacu es otorgar la propiedad de casas y cultivos a sus actuales moradores y explotadores. Aunque se reserva una opción de compra preferencial, en caso de que las propiedades se pongan en venta, para los herederos de aquellos expropiados. El periodista le plantea a Ferrer que algunos de aquellos antiguos propietarios formaban parte de la oligarquía depredadora cómplice del régimen de Batista: “El arte en este asunto va a radicar en encontrar el equilibrio entre la necesidad de no cometer injusticias y tampoco hipotecar más el desarrollo de la nación”, apunta Ferrer. “Hay que buscar la manera de indemnizar a la gente sin que nadie sea despojado. Para eso, proponemos la creación de una comisión justa y transparente, con observadores internacionales, que diluciden qué propiedades fueron obtenidas de forma ilegal durante el régimen de Batista”.
Las últimas elecciones celebradas en Cuba (libres y secretas para la elección de delegados de asambleas municipales, no así para las asambleas provinciales y nacional, tuteladas por las gubernamentales comisiones de candidaturas) arrojaron1.249.935 de votos en blanco, no ejercidos (aunque es obligatorio) y nulos. De un censo de 7.877.906 votantes. ¿Es significativo para la oposición? “No, el número de personas descontentas yo creo que es mayor”, señala Ferrer. “Lo que pasa es que mucha gente no sabía a quién darle el voto. Hay muchas zonas de Cuba en las que nuestro mensaje todavía no es conocido. Necesitamos más masa social para poder emprender el proceso de diálogo. Y en eso estamos, compañero”.
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