viernes, 30 de agosto de 2013

De la memoria: Aquel Partido de Fútbol entre el Cienfuegos y el Boca Juniors. Recomendado.

por Roberto A. Lamelo 

En los primeros días del mes de agosto de 1988, el legendario club de fútbol argentino Boca Juniors pisaba tierras cubanas para cumplimentar la etapa de preparación en la famosa playa de Varadero y disputar un partido amistoso ante el equipo de fútbol de la provincia de Cienfuegos, campeón nacional vigente en aquel entonces. En el estadio Pedro Marrero y ante unos 50.000 espectadores, el jueves 4 de agosto de 1988 se celebró el partido contra los cienfuegueros. Por el Boca Juniors, alistó ese día Hugo Orlando Gatti, legendario portero argentino; Luis Ernesto Abramovich, Richard Edunio Tabares, Pablo Carlos Erbin, Enrique Oscar Hrabina como defensas; Jose Luis Villarreal, Fabian Gustavo Carrizo y Carlos Daniel Tapia en la linea media y Alfredo Oscar Graciani, Humberto Daniel Gutiérrez y Angel Guillermo Hoyos como delanteros. Cienfuegos alineó con su equipo regular (Iznaga, Carrazana, El Mango, en la defensa. Los hermanos Pérez Espinosa y J.M. Cabrera lo harían en la línea media. Andres Roldán y El Tibi Lara serían los delanteros... todos cienfugueros de pura cepa con algún ligerísimo refuerzo. 

Apenas comenzó el partido los argentinos empezaron a manejar el balón como solo ellos saben hacerlo, pero enfrente tenían al mejor equipo de Cuba, con jugadores de cierta calidad, en pleno período de temporada, y que además se conocían a las mil maravillas. El Boca intentó variantes por derecha y por la izquierda, pero la excelente labor secante de Robertico, y la prestancia y solidez de Francisco Carrazana supieron sortear con éxito aquellas primeras escaramuzas. El Boca se sabía vencedor, era solo cuestión de darle el manejo al balón, circularlo y sorprender con un pase filtrado o una jugada de pared. En el intento, fueron sonriendo, hasta que una pelota arrebatada en los tres cuartos de cancha y con un desmarque a lo "La Juanita" de Julio Modesto, permitió tomar descolocada a la defensa argentina. 

El Tibi arrastró la marca hacia delante y Rivero, que jugaba como refuerzo, se coló entre la zaga del Boca y remató con seguridad a puerta gaucha. Era el 1 a 0 y toda la banca argentina se quedó boquiabierta. Cienfuegos no dejó de hacer su juego y los argentinos no daban crédito a sus ojos. Cienfuegos circulaba la pelota en pases cortos, se divertía con el balón,... Julio Modesto hacía delirar a la afición cubana con aquellos movimientos mágicos de cadera y el Boca no encontraba la fórmula. José Daniel Pastoriza, el DT argentino se puso de pie y empezó a desesperarse. Fue entonces cuando Cuba, perdón, CIENFUEGOS, equivocó el plan táctico en los minutos finales del 1er tiempo. Se arropó detrás esperando el pitazo final del primer tiempo y Villareal, uno de los mejores jugadores del Boca sorprendió a Iznaga. 

Uno a uno y al descanso. Un Cienfuegos medio dormido salió al complementario y sin haberse siquiera desesperazado de la modorra de aquellos 15 minutos de descanso reglamentario, volvió a confundirse y Graciani, les asestó el 2 a 1. El equipo de La Perla del Sur sintió su orgullo tocado delante de su propia afición. Tomaron un segundo aire, comenzaron a hacer lo que ellos sabían hacer, jugar al fútbol, y los argentinos a trotar en la cancha. Cienfuegos levantaba exclamaciones en las gradas pero no concretaba. 

Pastoriza en la banca argentina daba instrucciones confíado, ya el Boca había entrado en el juego, solo faltaban 19 minutos para el final, cuando otro de los refuerzos, Reemberto Piedra, espantó un disparo a corta distancia sin pensárselo dos veces y Gatti, quedó para la foto. 

De aquel partido guardo recuerdos memorables. Sobre todo la entrevista que le hicieron a Pastoriza, que de manera justa y sentida no tuvo más que alabar el juego de los sureños, aquel juego de toque, fineza, velocidad y triangulaciones, que hizo merecedor al Cienfuegos del título nacional y de ser considerado "el Brasil de Cuba" Elogió sobre todo la labor de Julio Modesto Cabrera, ... mientras se expresaba, algo dijo, que el periodista o alguien le comentó que el Julio padecía de un ligero estrabismo convergente y el hombre se quedó boquiabierto. "Así, con ese problema, puede jugar titular en cualquier equipo argentino. Si se opera, en cualquier club..." fueron más o menos esas sus palabras ya casi que fuera de cámara. 

La prensa argentina al regreso del Boca a su país, se le fue encima a la tropa de Pastoriza. Ellos se justificaron y calmaron los temores, argumentando que el partido había sido "cuadrado a priori" entre la Federación Argentina y el propio gobernante cubano Fidel Castro, pero cuando días después perdieron frente al Deportivo Armenio en La Bombonera, nadie se creyó el cuento del "amarre" algo que a casi 7000 kilómetros de distancia, en un pueblito de apenas 386 000 habitantes, situado a orillas de una inmensa, bella y serena bahía, se sabía con certeza. 

2 comentarios:

  1. Fue una generacion de buenos jugadores que inspiro a un pueblo, le hizo amar este deporte universal....el cual en nuestro pais quieren opacar......gracias lamelo por este articulo....sinceramente ya me siento mas identificado con este periodico digital ..que el mismo herald o el propio 5 de septiembre..thanks

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  2. gracias a ti maikelt x participar. un abrazo sincero...

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