El organismo Educación perdió al licenciado en Electroenergética y desde su creación la Asociación Cubana de Artesanos Artistas gana al exquisito ebanista Enrique Morell Toledo, quien comienza por la talla en madera y luego se va especializando en la confección de muebles, con la adecuada armonía entre lo bello y utilitario.Jany, la única hija perdida cuando transitaba por los hermosos 20 años, es como dijo el poeta “una lágrima en la mejilla del tiempo”, que ahora desde la luz guía la mano del artista para adecuar en tamaño y entrelazar: dar acabado al confort de la fina alacena, muy apreciada en el hogar por las amas de casa.
La vida, que no es para entenderla, ha sometido a duras pruebas al trinitario de origen y aplatanado cienfueguero, pero una vez más se repone de la caída y con el aval de haber ganado el concurso “Souvenir Benny Moré”, pues logra incorporar el movimiento a la pieza de madera.
Enrique
, representará muy pronto a Cuba y la ACAA en el exterior, para transmitir a otros artistas los conocimientos que adquirió por exigencias del devenir y sin dejar de amar al barrio donde nació o la Perla del Sur, esta ciudad marinera orgullosa de tenerlo entre los hijos predilectos.
Su taller huele a monte y es que el artista retira lo superfluo, corta con precisión, aprovecha el veteado oculto en cada tronco de árbol y hace coincidir este o aquel pedazo, para arribar al compendio destinado a la facilidad de ambientar o guardar vajillas; y siendo, además, la pieza de arte distintiva de una sala o cocina.
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