Pocos cienfuegueros pensaron encontrar así, como por azares del destino, a dos reyes en una esquina de su ciudad: por un lado, Maritza Arribas, recién coronada, por décima ocasión, en el Torneo Nacional de Ajedrez para damas; por el otro, el mismísimo Javier Sotomayor, campeón olímpico y mundial en salto de altura, quien formaba parte del comité de bienvenida a la trebejista.
En tierras holguineras consiguió el triunfo la Arribas, convirtiéndose en la máxima ganadora de por vida en estas lides en Cuba, al sumar una copa más que su homóloga Asela de Armas (ya retirada). Maritza concluyó invicta, con seis victorias y cinco tablas, para aventajar por un punto completo a la ocupante de la segunda plaza, la matancera Yanira Vigoa, quien alcanzó 7,5 unidades.
“De esperar, sí, esperaba este resultado: una siempre se prepara para la competencia -comenta la laureada. Sin embargo, cada vez se torna más difícil la lucha, pues el nivel del deporte ha subido bastante, y las muchachas nuevas vienen con mucho empuje”.
Santiaguera de nacimiento, Maritza reside desde hace muchos años enCienfuegos: “Aquí me han acogido muy bien, este recibimiento es una muestra -señala. La verdad, estoy muy agradecida, sobre todo por la presencia de Sotomayor; ya me habían avisado que vendría y me sentí muy contenta, porquefuimos compañeros de estudios en la ESPA nacional cuando jóvenes“.
“Vine a las celebraciones por el aniversario 52 de la creación del INDER -añade Sotomayor. Cuando me dijeron del homenaje a Maritza, no dudé en pasar un rato con ella, felicitarla por su décimo triunfo en los certámenes nacionales.
“Al conocernos, con 15 o 16 años, era imposible suponer que alcanzaría estos resultados, para su provincia y para Cuba -continúa el llamado Lord de las alturas. Merece todo el reconocimiento del pueblo, sin dudas, y ha sido muy bueno compartir este momento con ella”.
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