la foto de Aslam Castellón |
Cada año me tocaba escribir sobre los playoff y vivirlos casi como un protagonista más, disfrutar in situ cada jugada, compartir el maní y el palco con quien estuviera a mi lado, pasar 100 odiseas, para cámara y micrófono en mano, encontrar el lugar justo para una toma perfecta tras atravesar una muralla de fanáticos, en fin, rachas constantes de adrenalina…en los dos últimos años Pinar del Río me privó de tal placer.
Ahora serán los equipos del centro los que luchen por el banderín, un cuarteto “raro” en estas instancias, con nueve títulos a su haber, pero ninguno desde que Villa Clara ganó la corona en 1995.
Para no perder la costumbre y alejar el óxido de mis dedos me lanzo a vaticinar que puede pasar en estas series de play off, toda vez que una mirada de afuera nunca viene mal.
La hora de los Elefantes o el fin de la espera Naranja
A mi juicio es la serie más dispareja, con favoritismo claro para Cienfuegos, que fue el mejor equipo de la temporada y tiene el factor campo a su favor.
Pitcheo sólido, buena defensa, velocidad y toneladas de poder son las bazas de los Elefantes para derrotar a Villa Clara, además cuentan con un líder natural en José Dariel Abreu, adorador de cercas.
Iday Abreu supo moldear un equipo que en el último lustro creció como pocos, y este punto es importante, ya que Cienfuegos no es la misma selección inexperta que llegó a los playoff en el 2010 con ojos sobresaltados.
Hasta el momento siempre cedieron en la postemporada ante equipos más experimentados y con más nombre, es cierto, a Villa Clara también le sobra historia, pero en honor a la verdad, hace tiempo que solo viven de eso.
Para los de Ramón Moré todo pasa por el aporte de sus refuerzos y la sostenibilidad de los lanzadores, pues son prácticamente inofensivos madero en mano, con excepción de la legión extranjera.
Villa Clara, si aspira a tumbar “Elefantes”, tendrá que meterle bomba a cada partido, como hicieron años atrás Industriales y Pinar del Río, tirar sobre los cienfuegueros el peso de su historia, y lograr al menos un triunfo en los primeros dos partidos en el “5 de Septiembre”, si caen en ambos entonces están servidos.
Mi pronóstico: Cienfuegos gana en cinco juegos.
La oportunidad de los Gallos vs el torbellino matancero.
A diferencia de la otra semifinal está luce más cerrada a ojos vista, tanto Matanzas como Sancti Spíritus tienen armas para vencer a sus rivales al igual que grietas que desmoronan su estructura, y a pesar que como dicen por ahí es mejor aguantar a un loco que empujara a un bobo, pienso que los espirituanos pasarán a la final como lo hicieron en el 2002.
En la temporada anterior los yumurinos le tumbaron la bola del barquillo a los Gallos tras remontar una desventaja de 1-3 en los juegos cinco, seis, y siete de los cuartos de final, como ocurre casi siempre, los espirituanos se desplomaron a la hora buena.
No obstante, el hecho de no tener en el horizonte a Industriales o Pinar del Río, eternos padres de Sancti Spíritus en postemporada, y también que para conseguir la corona hará falta ganar solo dos series de playoff, hace de los muchachos de Aragón favoritos a mi juicio.
Los espirituanos fueron estables todo el año, tienen un abridor de lujo en Ismel Jiménez y la mejor tanda de bateadores del país, solo necesitan cuajar en los momentos de tensión y de una forma u otra, pagar la enorme deuda que tienen con su afición y con ellos mimos.
Esta generación tiene todo lo necesario para imitar a la de Ciego de Ávila, que al menos al final consiguió el cetro tan anhelado, si hacen bien las cosas a la hora cero y no dejan que Víctor y su piquete hagan su juego, todo es posible para Sancti Spíritus.
Matanzas llega a la semifinal como lo hiciera el año anterior, como un grupo donde juega el que resuelva en cada momento, esa es la filosofía de Víctor y no otra, para aquellos que se empecina en catalogar al “32” como el non plus ultra de los banquillos. Un equipo tan impredecible sorprende casi a diario, pero es casi imposible que levante un trofeo de campeón, es una montaña rusa con spikes y gorra, por eso unas veces sube, y otras inexorablemente, baja a velocidades asombrosas.
Los yumurinos no cuentan con un as en el box, (pocos fanáticos reconocen una foto de Joel Suárez), su bateo es intermitente con la excepción de José Miguel Fernández y Ariel Sánchez, y la defensa también les puede jugar una mala pasada.
Su virtud está en provocar al contrario y hacer que los rivales entren en su juego, y en eso precisamente basarán el enfrentamiento con los Gallos, un equipo impresionable que sufre (lo decimos una y otra vez) con la presión. Mi pronóstico: Sancti Spíritus gana en siete juegos.
Articulo original en: http://elelefanteverde.wordpress.com/2013/05/24/el-centro-de-la-discordia/
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