jueves, 7 de febrero de 2013

"NUNCA IMAGINÉ TANTA PREOCUPACIÓN POR MÍ". ASEGURA ADIR FERRÁN.

LA FOTO DE ASLAM I. CASTELLÓN

En la recepción de la sala San Martín y Costales, del Hospital General Universitario Calixto García, de La Habana, el nombre más mencionado por estos días es el de Adir Ferrán O’Farrill: “Sí, ¡cómo no!, el pelotero de Cienfuegos -señala la encargada mientras solicitábamos los permisos de rigor para la entrada. Por nosotros no hay problemas, pueden pasar; pero debemos consultarlo con la esposa, pues ha venido mucha gente y casi no dejan descansar al muchacho”.
Ya Arianna Ploché Pérez, la compañera del receptor de los Elefantes, nos esperaba gracias a una llamada telefónica el día previo. Camino al cubículo nos preguntábamos si Ferrán estarían en condiciones o querría conversar con nosotros… De no ser así resultaría comprensible; sin embargo, nos sorprendió su recibimiento: sonreía sentado sobre la cama mientras la enfermera curaba la herida en su cabeza y el suero hacía galas de un mal necesario. Su expresión traducía el mejor de los ánimos y unas inmensas ganas de recuperarse: “y eso que no durmió bien anoche”, acotaba su esposa.
Entonces llovieron las preguntas, sin cámaras ni grabadoras de por medio aún. Un poco apagada salió su voz en principio mas luego, saludos y recuentos de por medio, se destensaron las formalidades. De manos de Mercedes … , de la peña deportiva Celia Sánchez, recibió los mensajes enviados por los miembros de las peñas El Morro, Tulipán y Prado. La entrega lo conmovió:
“Les agradezco mucho por estar pendiente de mi estado de salud –aseguraba el 53 de los verdinegros. Me voy a recuperar y todo va a estar bien; esta situación me compromete más con el béisbol, con la vida…
“La atención ha sido muy buena: el director del hospital pasa hasta tres veces para saber de mí; la neuróloga y el team médico que me operó pasan con igual frecuencia”.
Solo transcurrió una semana y ya revolucionó el lugar, según confirma el personal de la sala: llamadas y visitas de sus compañeros de equipo, familiares, amistades, seguidores, periodistas, integrantes de Industriales …
“Frank Camilo (Morejón) vino apenas terminó el juego del incidente y (Lázaro) Vargas la mañana siguiente –comenta Arianna. Stayler Hernández llegó luego, muy apenado, no sabía dónde meterse. Casi no hablaba, era Ferrán quien le decía ‘tranquilo, eso está en el juego’. El sábado arribó un grupo más grande: Odrisamer Despaigne, Alexander Malleta, Carlos Tabares, Stayler…”.
Hasta su cama acudió incluso Lázara Mercedes López Acea, primera secretaria del PCC en la capital. Roberto Morales, ministro de Salud Pública, también sigue de cerca su caso.
“En ocasiones deben sacar gente pues casi no caben en un local pequeño –añade Adir. Mi teléfono no para: suena cada cinco minutos; a veces no conozco ni el número ni a las personas e igual se muestran interesados por mi situación. Arianna ya perdió la cuenta de los mensajes”.
“Como a él, me conmueve la preocupación del pueblo de Cienfuegos y el de La Habana también –detalla su esposa (muy joven, por cierto, pero con una entereza admirable) Aquí llegan aficionados capitalinos quienes, tras presentarse en la puerta, me preguntan por él y dejan sus direcciones y teléfonos por si los necesitáramos para cualquier cosa. Nunca imaginamos tantas atenciones; máxime en una etapa tan difícil.
“Ahora la doctora le exige reposo, mucho reposo, esa es su prioridad. Permaneceremos acá cerca de diez días más, hasta el alta médica. Luego iríamos para casa de unos familiares de Adir aquí durante un tiempo para que los especialistas sigan de primera mano su evolución. Después sí saldríamos para Cienfuegos, hasta la nueva intervención en unos meses. Sería una especie de cirugía estética, le podemos llamar así, donde le pondrán un segmento quirúrgico a modo de hueso.
“De momento, continúa con su tratamiento de antibióticos, fenitoína para evitar convulsiones… -argumenta. Los médicos quedaron impresionados por su mejoría y celebran, como algo muy importante, su buen estado de ánimo, sus ganas de luchar y de superar el mal trance”.
Darilys Reyes Sánchez


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