Por Boris L. García Cuartero
Efraín Loyola, músico cienfueguero
Seré sincero: No estaré esta noche en el estreno del documental Huellas de un charanguero, dedicado al músico Efraín Loyola. Debo emplear parte de lo que resta del día a una abstracción mayor –que también se disfruta-, por apremios de producción, escribiré sobre la economía cubana para mi programa Cuentas Claras.
Pude ver el material mientras Barbarito gentilmente lo donaba a “Perlavisión”, para su posterior puesta al aire y valió la pena, por lo humano, por la sensibilidad que entraña para cualquier nacido en este pedacito de Cuba, por revivirnos a uno de los músicos ilustres de Cienfuegos y el país… por los testimonios de sus amigos y admiradores.
Junto a Bárbaro Cabeza trabajaron Erwin Hernández, de quien fue la idea para el audiovisual, y como productores asociados John Swindell y Edgar Hernández, quienes tuvieron la posibilidad de conocer a Loyola, filmarlo y conversar muchísimo con el artista, de ahí el empleo de imágenes inéditas, que en su conjunto, estoy seguro merecerá aplausos una vez concluida la función en el cine teatro Luisa, de Cienfuegos.
Libre de deudas con mis amigos –por demás, justo el reconocimiento- me dispongo a escribir de productividad, contratación y planificación; para lograr una acertada evaluación, cuento con una extensa entrevista al Doctor en Ciencias Económicas Francisco Pérez Rosado, a quien uno nunca se cansa de escuchar, por lo atinadas y acertadas conclusiones que siempre ofrece, para comprender tantos porqués, que luego ponemos a consideración de los televidentes.
Difícil y disfrutable oficio. Unas veces testigos de hechos tan sublimes, como los relacionados con la cultura, y otras en asuntos tan terrenales, como la economía de un país que busca el despegue a toda costa… y para lograrlo, habrá que revolucionar, sobre todo en las mentes de los que ahora mismo adoptan o deben hacer cumplir sabias decisiones…
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