Un estudio sobre terapia por Internet, realizado en la Universidad de Lancaster, en el noroeste de Inglaterra, podría tener la clave para ayudar a los pacientes con trastorno bipolar.
Así, las personas que sufren ese padecimiento podrían cambiar su vida radicalmente, como Michael, un joven de 29 años que vive en Inglaterra y fue diagnosticado con trastorno bipolar después de experimentar el punto más álgido de estos episodios de cambios abruptos en el estado de ánimo.
Como adolescente, Michael tenía cambios tan bruscos en su estado de ánimo que su médico pensó que tenía un trastorno de hiperactividad. Fue en 2007 cuando pudo poner un nombre a los períodos de manía que caracterizan su tipo de padecimiento.
El joven explicó que entender sus estados de ánimo y tratar de controlarlos son retos constantes. “Soy una persona muy productiva. Me tengo que mantener ocupado y estimulado. La gente dice que a veces soy como una máquina”, expresó Michael.
Desde los 16 años, el muchacho ha tenido alrededor de 40 trabajos. Actualmente combina tres ocupaciones de media jornada, además de escribir poesía y ser tutor de inglés durante su tiempo libre.
Respecto a esta nueva terapia, Michael asegura que tener acceso a una fuente de ayuda psicológica en línea no tiene precio, pues pudo adaptarla a sus necesidades.
Por su parte, el jefe del estudio, Steve Jones, precisó que este coadyuvante ofrece una alternativa a los tratamientos tradicionales cara a cara, a los que pocas personas bipolares tienen acceso.
El especialista señaló que una prueba controlada de 100 personas con bipolaridad -la mitad de ellos usó la herramienta interactiva- arrojó resultados prometedores. En ese sentido, agregó que hubo “un aumento significativo en la autorrecuperación de los pacientes. También se sintieron más positivos y optimistas”.
Para Jones parte del problema de las personas que sufren de trastorno bipolar se debe a la demora en el diagnóstico y a la falta de información sobre la naturaleza de la enfermedad.
“Algunos médicos solo le dicen a los pacientes qué hacer, sin dar ninguna explicación racional. Como resultado, las personas son poco entusiastas con el tratamiento y éste parece no funcionar porque los afectados no saben de qué forma es beneficioso. Al darles más información, ellos ganan más autonomía y pueden aprender a manejar sus propios síntomas”, aclaró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario