Por:
El Cojito Bibijagua.
A mis amigos colombianos,
a mi Ligia que sufre también por la injusticia.
Los casi
quinientos años de dominio colonial y neo-colonial han plagado Nuestra América
de pillaje y bandidaje político en lo ancho y largo de la región, incluyendo
las islas y montículos de tierras que plagan el Caribe. La ERA pre-colombiana
también presentó similar flagelo, pero la desgracia se nos multiplicó con la
venta innecesaria de una Democracia de pinceles y lienzos.
Hemos tenido, de
todo un poco, un cóctel de ideologías y principios: Guevarismo, Zapatismo,
Fidelismo, Peronismo, Chavismo, por solo citar algunos. Pasados algunos años la
carrera por la patentación de alocadas ideas ha llevado a que algunos se
apresuren por la creación y manufactura del Uribismo.
Por sentir el
dolor intramuscular, en el miocardio y la anhelada necesidad de obtener
definitivamente una libertad sin ladrones de sueños y de vidas es que se centra
este pequeño texto.
Buscando la
necesidad de la comprensión y el análisis, me arriesgaré a navegar en estas
aguas, respetando como hago, y amando como tal a la cultura colombiana y a su
gente.
Tiempos antes, en
la época por la Independencia Latinoamericana, por la formación de Patria
Grande, esta fértil madre tierra dio a luz a muchos de los más grandes
libertadores e independentistas de la gran nación
suramericana, José Acevedo y Gómez, Antonio Baraya, José María
Carbonell, Manuela Beltrán, María Antonia Santos, son algunos de los
grandes formadores de la conciencia colombiana.
La vida política
de esta tierra ha estado siempre liderando el contexto político americano. Fue
en las calles de Bogotá, en abril del 48 donde unos jóvenes cubanos decidieron
tomar, como medio de liberación, las armas, luego de haber sufrido
junto con la ciudadanía bogotana, por la muerte de Gaitán, una derrota impuesta
por criminales politiqueros. El Bogotazo fue la llama que encendió la decisión
de usar la guerra de guerrilla en Cuba como medio para derrocar a una
dictadura impuesta por Norteamérica.
No escapa en
ninguna de las situaciones actuales, que se secuestre la verdadera libertad de
un país que posee más riqueza que cualquier otro en el planeta.
Antes un
neoliberalismo atroz, la sucesión de politiqueros de mala monta, de familias
adineradas, oligarcas con patrimonios altamente cuantificables, la división
nacional es una realidad lamentablemente cuestionada.
El 64 aportó la creación de un grupo militar nombrado las FARC, reconocidos por algunas naciones occidentales como terroristas y nombrados por otras como un grupo beligerante e irregular.
En estos años de
guerra continuada, donde los más escépticos patentaban las razones del combate
directo por el uso de las armas, muchos representantes del gobierno hincharon
sus bolsillos con el negocio de la violencia.
Los años corren y
la presencia de mandatarios que en nada aportan a la paz colombiana y a la
creación de una nación sin violencia y con mejora sociales para todos, es que
aparece unos los personajes más analizados.
Entre los más
polémicos mandatarios colombianos, siendo querido y odiado en un
país dividido, entre derechistas e izquierdistas de nueva etiqueta, se
encuentra, Alvaro Uribe Velez. Millonario, político, mafioso, narcotraficante y
paramilitar son algunos de los muchos calificativos que posee.
Entre las
prácticas de Uribe, una de las más discutidas es la creación de grupos
paramilitares, para fortalecer la lucha antiguerrillera. Los crímenes de lesa
humanidad se dispararon en estas tierras bendecidas por Dios. La aparición de
más de 3500 asesinados, los llamados Falsos Positivos, dieron a luz en un
contexto beligerante y antidemocrático. Los Falsos Positivos, se denominan a
los ciudadanos comunes, que lejos de ser guerrilleros, fueron dados muertos
para justificar la política belicosa del mandatario de turno. Las ejecuciones
extrajudiciales y crímenes de guerra, se convirtió en el pan de cada día a
partir del 2008. Aún se encuentran en investigaciones algunos de estos actos
criminales.
Llegaba de esta
manera la creación de la Parapolítica.
El número de
desplazados llegó al punto más alto en la historia de la gran Colombia, más de
4 millones de personas fueron forzadas a salir de sus tierras, víctimas de las
políticas violentas y la justificación de la guerra como medio de paz,
campesinos y población en general se vieron involucrados en un desplazamiento
forzado.
Los actos de
corrupción, dentro del Gobierno Uribe, estuvieron presentes en la gestión
política del Estado. El escándalo más sonado y denunciado es sin dudas el AIS,
Agro-Ingreso-Seguro, programa creado para subsidiar a los campesinos de bajos
recursos económicos, y cuyos fondos fueron a parar a cuentas de empresarios,
los cuales mantenían y mantienen estrecha relación personal con el mandatario
antes mencionado.
El caso Ganda, el
caso Vence, fueron notables por la magnitud corruptiva y amparada por los
máximos responsables del Gobierno.
La violaciones
territoriales, problemas fronterizos con naciones vecinas, el asalto militar
que sufrió Ecuador por bombardeos del ejército colombianos en territorio
soberano ecuatoriano, la intromisión en la política Venezolana, el amparo de
golpistas venezolanos en las acciones de Caracas 2002, las acusaciones de parte
del alcalde de Bogotá, que lo adjudica relaciones estrechas con el Cartel de
Medellín, además de acusaciones de inserción en tierras colombianas
de paramilitares israelíes por parte del ex presidente, han abierto una puerta en las acusaciones y la demanda de un juicio internacional por
crímenes de lesa humanidad para con el señor Uribe, diversos grupos de
izquierda, y representantes políticos colombianos solicitan de forma pública
que la justicia formule, e investigue los antes mencionados actos
criminales.
Entre todas las
cosas que se pueden criticar o no, sobre la gestión política en la Patria
Grande Colombiana, esta la reformulación que se está abriendo entre la
población.
La Memoria
Histórica, el reencuentro con la identidad nacional, el diálogo con las
comunidades campesinas, indígenas, y obreras. El retorno a una conciencia
continental y hemisférica, abre un camino a seguir, sostenible y revolucionario.
Colombia, es una
tierra de todos, con gente linda, pacifica, inteligente. Tienes los más
importantes recursos naturales, posee un universo cognoscitivo de miles de
generaciones. Es la tierra del agua, de las orquídeas, de las plantas, de la
música originaria. Es la tierra de las esmeraldas, del mestizaje, del indígena, de la mayor biodiversidad, la de referencia política y el Vallenato
embriagador. La tierra de la belleza personal, del ritmo latente de su gente,
de la cultura Muisca, aborigen, del Putumayo, la selva virgen. En fin.
Es una tierra
donde la paz es necesaria, y donde la justicia espera sentada a que la tomen de
la mano, y que con apuro bien calculado, haga correr algunos
bandidos que la tienen secuestrada.
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