viernes, 21 de junio de 2013

“Si busca glúteos grandes, pecho exuberante y un pene como el de Rocco. No le tema al Infierno, le ayudaremos en sus propósitos”. Rezaba el anuncio.

Por Liber Y. Barrueta Martínez
Todos los correos que recibo de esa dirección, van directo al buzón de no deseados. Ayer, por terminar de hacerles el feo, los reporté como spam y entonces dejaron de molestarme de una vez por todas. “No, señores doctores y cirujanos del demonio, que no quiero hacer crecer mi pene y mucho menos recomendarle a mis seres queridos que se sometan al implante inhumano de la silicona.”

 Lo más probable es que yo sea uno de esos convencidos que se conforma con lo dado por la madre natura, pero ya, después de haber superado los cuarenta, con tres hijos, esposa y cansado de haberme mostrado tal y como soy, con virtudes y defectos, en las escuelas al campo, en los pre y en esos baños públicos de privacidad inexistente donde se nos obliga a todos a orinar unos al lado de otros como reces, ya no creo que necesite de una tardía extensión.

Sin embargo, estas empresas continúan ofreciendo una amalgama de productos que algunos confunden y a otros les resultan tentadores. Los mismo te invitan a realizarte una extensión del pene, por vía química, o natural, o con métodos infalibles a base de  forzosos ejercicios, que por lo general no siempre tienen un final feliz, que rápido te dicen que todo eso es inservible, lo mejor, la solución perfecta, es la silicona.

Silicona en la nariz, silicona en el rabo, silicona en los pechos, silicona en las nalgas, silicona en cualquier lugar del cuerpo donde necesites rellenar o estirar lo que no te fue dado por vía natural. Pronto, cuando comience la venta de silicona cerebral inteligente, ya veremos a más de un político con la cabeza agigantada cargando con un cerebro que pesará más que su cuerpo. Por el momento ese tipo de silicona no se ha inventado, la que sí existe es la buena, la que se conserva y se fabrica en lujosos laboratorios donde trabajan cirujanos que ganan una fortuna y la otra, la que te inyectan sujetos menos escrupulosos y que está al alcance de las mayorías, esas desnalgadas y “despechadas” que al no contar con el dinero suficiente, se someten al riesgo, al elevadísimo riesgo de una inyección ilegal.

Morir, eso lo haremos todos, lo que siempre es mejor que nos llegue cuando nos toca, y no que adelantemos el proceso por intentar mostrarnos más bellos de lo que somos. El Infierno, no es el que recibiremos cuando cerremos los ojos, sino ese al que muchas de las personas afectadas, por los complejos, por las pelis porno, por el rechazo de otros humanos no tan favorecidos mentalmente o por un patrón social de moda, se someten al inyectarse una sustancia que puede costarles la vida. El infierno es, si logras salvarte, tener que vivir sin brazos, sin piernas o sin pene, y postrado en una cama para dolor y sufrimiento tuyo y de tus seres queridos. El infierno es no aceptarse nunca como uno es, es vivir pensando que unos centímetros de más o que un pecho más voluminoso te hará saltar al estrellato.

Por eso yo cambiaría el anuncio, lo cambiaría de forma radical y diría de este modo.
“Si busca glúteos grandes, pecho exuberante y un pene como el de Rocco. Témale al Infierno en el que vive, yo no podré ayudarle en sus propósitos.”

Algunos casos verídicos, he decidido omitir los nombres.

Nueva Jersey
La fiscalía del condado de Essex en Nueva Jersey arrestó a una mujer por la muerte de un joven a quien inyectó silicona en el pene, supuestamente para aumentar su tamaño y grosor. La acusada, K. N. R., fue acusada bajo los cargos por homicidio y práctica ilegal de la medicina. La víctima, J. S., de 22 años, falleció al día siguiente de recibir la inyección con ese producto, que le causó una embolia.

Colombia
Inyección de silicona líquida lleva a la muerte a joven bailarín.
Aunque la mamá se lo dijo muchas veces, “C., aprenda a aceptarse como es, que usted es muy bonito, buen mozo”, el joven no hizo caso y aceptó la sugerencia de inyectarse silicona en los glúteos para que se le vieran con más volumen. En su decisión pesó más la incitación de su “amigo” que los presentimientos de su madre y al final la operación lo llevó a la muerte.

Y ese lunes en la tarde accedió a la inyección. La operación no se hizo en un centro estético ni nada parecido sino en la casa de su amigo, “como se los ha hecho a todos”, según le decía C. a su madre.
“Tengo entendido que no es ni un salón de belleza, es la casa del muchacho, en Moravia”, puntualizó la señora, que no quiere que la historia se repita con otros.

Tras la intervención, esa misma noche C. llegó a casa, pero se quejó de dolores.

El suplicio

Pero el suplicio empezó en forma el miércoles 12, cuando asfixiado, C. debió ser llevado al hospital Marco Fidel Suárez, de Bello.
De allí lo enviaron nuevamente a casa, pero los problemas respiratorios no cesaron y el viernes el joven fue conducido al Hospital General, donde fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos. Falleció el martes a las 2:30 de la tarde.

Caso M.: la modelo murió por la aplicación de silicona líquida

Recién seis meses después del fallecimiento de la modelo santafesina S. M. (37), las pericias médicas determinaron que en el cuerpo de la mujer había una alta dosis de silicona líquida, una sustancia que le habría provocado la embolia pulmonar que le produjo la muerte. Los expertos confirmaron que este producto está prohibido porque migra a vasos y tejidos.


Si desea más información al respecto coloque en el buscador de Google la siguiente frase “muertes por silicona”, y se encontrará hasta con el misterioso caso de una serpiente, que después de morderle el pecho a una modelo que tenía un implante, falleció, digo la serpiente, no la modelo. Así que por si acaso, no se le ocurra morder demasiado donde exista la silicona.

6 comentarios:

  1. Augusto: Me gustó, aunque no tengo problemas con la extensión, a la vieja mia si que le venia bien un implaste.

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  2. Tiene un poco de todo, yo me operé y me puse una talla de más, y por razones de trabajo, que no explicaré, pero tienes rason se crece por dentro no por fuera.

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  3. Comunista Chileno hasta la muerte: Es el puto imperialismo el que obliga a las personas a tomar sus patrones. Es el puto sistema imperial el que dicta las normas y hasta como debemos ser. Destruyamos al capitalismo de uan vez por todas. Viva el comunismo.

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  4. Wow.... se le fue la mano al chileno este jajajaaja

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  5. Pero de qué está hablando el peste pata chileno este chico jajajajaja

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  6. Comunista Chileno hasta la muerte: Ah porque acaso usted no sabe, anónimo de los cojones, que es el capitalismo o imperialismo quien le inculca a los infelices esos patrones de bellezas, no lo sabe, cuando lo sepa dejará de llamarme chileno peste a patas, la peste la tengo en los wuebos y espero a que venga usted a lavarmelos estupido.

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