tomado de: http://futbol-cubano.blogspot.com/2013/07/adentro.html?spref=fb
¡Adentro!
Y el futbol hizo justicia, Yenier el Gran Capitán en tantas batallas ausente en la Copa de Oro, selló una remontada histórica y mandó a Cuba a los Cuartos de Final.
Difícil,
muy difícil, pero no imposible habíamos dicho en la previa y se cumplió, Cuba
logró lo que al inicio del juego parecía una quimera: pasar a los Cuartos y lo
hizo en el último segundo… en un partido para el infarto y lo hizo por tener a un
jugador diferente, único como sacado de una novela: Ariel Martínez.
El
hombre que estuvo a punto de no hacer el viaje a la Copa de Oro fue quien
lideró, al equipo a una actuación histórica con una actuación que solo los
grandes, los diferentes pueden redondear, tres goles y una asistencia hablarían
por si mismos de la gran actuación de Arielito pero fue el espirituano mucho
más que goles, fue un solista brillante en medio de una orquesta desafinada,
una que en medio del desespero atropellaba las notas de un partido
trascendental.
Cuba
fue desde un inicio el que quiso, el que propuso y el que buscó el arco rival, atropellado
en muchas ocasiones pero brillante cuando el balón llegaba a los pies de Ariel,
Arielito probó y probó, primero con un baile sobre el balón para quebrar la
cintura del marcador y después con dos disparos pegados al palo derecho del
arquero.
Cuba
era más, pero solo tenía claridad en los pies de Arielito, esta vez metido como
un “10”, Jaine no funcionaba y era un recital de errores, Yenier se veía
incómodo y claramente no era el hombre que necesitaba la tricolor para armar
sus ataques, Yoel no aparecía en la punta de ataque, Corrales no lograba poner
ningún centro sobre el área y el Beto tenía las luces nubladas.
El Genio en toda su expresión, Arielito tiró de la nave cubana, como nadie había tirado nunca de ella.
Y como
dice el dicho, quien prueba y prueba lo consigue, la defensa beliceña no tomó
nota de los dos primeros avisos de Ariel y terminó pagándolo a los 38 cuando el
espirituano recibió un balón al borde del área, aglutinó hasta tres defensas
para con su zurda mágica sacar un disparo con comba que se metió junto a la
base del poste derecho.
Un uno
a cero que revivía las expectaciones cubanas pero un uno a cero corto,
mezquino, poco premio al esfuerzo de los nuestros.
Y así
Cuba inició la segunda mitad, con ganas pero sin cambios ni de planteamiento,
ni en una escuadra llena de jugadores de corte defensivo, que pedía cambios a
gritos, sustituciones, rotaciones de jugadores, pero no llegaban desde la
banca.
Sin
cambios Cuba pareció caer una vez en el agotamiento físico y Belice comenzó a
manejar el partido, sin crear peligro por si misma mostrando una inocencia
pasmosa, el corazón se apretaba y cada segundo era una puñalada en nuestros
sueños, pero quien tiene al Genio, tiene el futbol y los goles y Cuba lo tenía
y vestía la casaca 11.
Ariel
entró como un cuchillo en mantequilla por entre la defensa de Belice y con un
zapatazo al primer poste puso el 2-0 sacando a todos de la modorra incluyendo a
Walter Benítez que decidió meter entonces a Liván Pérez por Aliannis Urgellés
cambio que probaría ser determinante en los minutos finales del partido.
A los
68 minutos en una jugada fortuita el capitán cubano Jorge Luis Clavelo, se
lesiona tras tropezar sobre el césped Rentschler Field y lo que se pintaba para
un cambio ofensivo, meter toda la carne en el asador a falta de 20 minutos para
el final y necesitando dos goles para conseguir el pase, sirvió para demostrar
la incapacidad de Walter para cambiarle la cara a su equipo y prefirió como
siempre un cambio de hombre por hombre al meter Yasmany López en lugar del
villaclareño, cambio que casi cuesta el ticket.
Puga
buscaba y cometía los mismos errores una y otra vez, desaprovechaba los
innumerables corners que tuvo a disposición, Ciprían se perdía al frente,
Corrales seguía con su imposibilidad de poner la bola correctamente al corazón
del área centroamericana.
Había
que buscar piernas frescas y por fin a los 77 el técnico cubano se dio cuenta e
hizo entrar al Rifle Puga.
Cuatro
minutos más tarde llegaría una jornada que sería definitoria en el transcurso
de los minutos finales del juego, Liván Pérez arrancó a pura velocidad por la
izquierda y el contención beliceño Gaynair no tiene más remedio que derribar al
camagüeyano para recibir de esta manera su segunda amarilla del partido y ver
la roja, una inyección de pura energía para un equipo cubano, que ya tenía la
fiera herida y buscaba rematarla.
Aun no
habían digerido los centroamericanos la expulsión cuando el Rifle roba un balón
cerca del área, el balón le llega al Beto que con un pase raso a Arielito
terminó desarmando a la defensa beliceña, Ariel amagó con rematar con su zurda
mágica, pero terminó tocándola con la derecha al primer palo ante un portero
vencido hacia el segundo.
Uno
más, hacía falta solo uno más y seis minutos para vivirlos de pie, comiéndose
la uñas o las palmas apretadas pidiendo a las almas celestiales y llegó justo
sobre el minuto 90, pase filtrado Puga le gana las espaldas a la defensa, se
abre y define cruzado ante la salida del arquero, GOOOLLLL, grito, celebración
que se ahoga cuando el árbitro lo anula por fuera de lugar, no puede ser, ¡la
repetición, la repetición! Como es posible el Rifle sale de atrás, nos acaban
de robar el gol la clasificación el alma se desploma. ¿Habrá otra oportunidad?
¿Otro gol en apenas un minuto?
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