La emigración cubana es caprichosa y olvidadiza. A menudo, en aras de mantener un discurso conceptual acorde con la postura del emigrado político - aunque es de sobra conocido que la mayor parte de la diáspora de los 90´ se marchó de la isla por problemas económicos - asume hasta con miedo lo que hizo, lo que dijo e incluso se inventa historias falsas de militancia derechista radical y anticastrismo perfumado.
No faltará el día en que si, se reconozca el haber puesto una bombita, aparezca el autor material de la voladura del polvorín en cualquier sitio de Cuba, donde un irresponsable arrojó al suelo un cabo de cigarro encendido.
Al paso que vamos, NADIE parece haber desfilado en La Marcha del Pueblo
Combatiente, nadie parece haber entonado aquello que decía " En el XX Aniversario..." y la única comunista que vivía en 3ra y C en el Vedado era Daysi Granados.
Seguramente muy pocos asumirán el haber pertenecido a las filas de la UJC y a mi, que en la primera reunión de la "pre-militancia" - con apenas 12 añitos en las costillas - fui el primero que me paré en el grupo y dije que no tenia nada que hacer allí, me acusarán de mentiroso.
Como vemos las cosas, en la emigración los unicos chivatos son los arrepentidos que cada semana desfilaban por el Show de Maria Elvira. Osvaldo Rodriguez escribió aquel himno al cual hacía referencia en el párrafo anterior, con una pistola apuntándole a la cabeza y todos éramos muy rebeldes y mucho más aun derechistas pero Castro nos tenía cogido por las bolas y no podíamos decir otra cosa.
Mientras el Estado y Gobierno cubanos, en aras de divulgar extra-fronteras una homegeneidad inexistente en el pensamiento de todos los cubanos y se apelaba a la historia pre revolucionaria como a la cruz que jamás volveríamos, todos cerrábamos filas, de modo oculto en una disidencia clandestina, firmábamos el Proyecto Varela con no se cual tinta invisible y los días de las votaciones anulábamos en masa la boleta.
Mientras algunos apenas leían el Granma, otros - mayoritariamente otras - leían novelitas de Corín Tellado, y los más ibamos de la escuela a la casa, o de la casa al trabajo y a disfrutar de la pelota en la TV, millones accedían - no sé como - al Nuevo Herald, se extasiaban con Mein Kampf, y disfrutaban las lecturas secretas de las torturas del Che Guevara. Todo dentro de la urna de cristal.
Las cifras no mienten. Es el Estado. Todos eramos de derecha... y super radicales!!!
Adorábamos a Basulto, a Lincoln Diaz Balart y a Ileana Ross. Elián nunca debió volver a casa, pues el apoyo protagonizado por el pueblo cubano era 100% ficticio y Janet Reno cometió un error imperdonable. Su padre, que lo engendró desde las mismas entrañas del forro de sus cojones, no pintaba nada en ese asunto y es una lástima que TODOS hayamos marchado obligados a reclamar su regreso.
Cuando en los dias del "Mariel" aquel dirigente cienfueguero de la Asamblea Provincial o del Partido - no recuerdo bien - dijo que se iba del país, por los bajos del "Recreo" no desfiló nadie en señal de protesta, nadie le gritó una consigna. Los centros de trabajo y las escuelas no se movilizaron para el peregrinaje proselitista y gubernamental por la calle San Carlos y si lo hicieron la asistencia fue ínfima y obligatoria so pena de cárcel. Los pioneros éramos tan conscientes de nuestra militancia derechista y antirrevolucionaria - aunque todas las mañanas gritábamos que queríamos ser como el Che - que las maestras, a golpes de regla nos obligaron a caminar llorosos y aquello que se escuchaba no eran consignas en contra de "los apátridas" sino una versión cienfueguera de "La Chambelona"
Las imágenes que mostraba la TV Cubana eran trucadas por algunos de los pioneros de la cibernética en el mundo visual-digital, esos que después trabajarían con James Cameron en Avatar.
Ahora, en la emigración, todos éramos Pinochetistas, Somocistas, Hitlerianos,... antistalinistas y Carlos Marx, Federico Engels y Lenin, y ni siquiera Martí, formaban parte de la hemeroteca en nuestras casas. A la gente la obligaban, incluso dentro de ellas, a poner en el TV y a todo volumen como fe notarial, los discursos de Fidel.
La Operación Condor es un cuento de camino. La fiebre porcina se debió evidentemente al mal estado del sancocho en Cuba. Los documentos que ha desclasificado la CIA son TODOS un invento más de la jodida izquierda mundial. El dengue del 70 y pico en Cuba fue una mutación genética por el cruce entre un mosquito del Rio Quibú y una mosquita del Almendares y si nos vamos al lejano Oriente, no hubo tales bombas de Hiroshima y Nagasaki, sino sendos pedos que se tiró San Pedro desde el cielo. Los vietnamitas eran unos hijos de puta que merecían ser quemados con napalm y volviendo al plano nacional Tortoló nunca salió corriendo.
Mientras todo eso sucede, yo de comemierda, me he puesto a averiguar el misterio de unos huevos que volaban solos y se estrellaron sin miseria y en ráfagas contra las viviendas de aquellos que decidieron un dia cruzar hacia la otra orilla.
Como diria mi amigo Jorge Guillén: MIS COJONES!!
Seguramente muy pocos asumirán el haber pertenecido a las filas de la UJC y a mi, que en la primera reunión de la "pre-militancia" - con apenas 12 añitos en las costillas - fui el primero que me paré en el grupo y dije que no tenia nada que hacer allí, me acusarán de mentiroso.
Como vemos las cosas, en la emigración los unicos chivatos son los arrepentidos que cada semana desfilaban por el Show de Maria Elvira. Osvaldo Rodriguez escribió aquel himno al cual hacía referencia en el párrafo anterior, con una pistola apuntándole a la cabeza y todos éramos muy rebeldes y mucho más aun derechistas pero Castro nos tenía cogido por las bolas y no podíamos decir otra cosa.
Mientras el Estado y Gobierno cubanos, en aras de divulgar extra-fronteras una homegeneidad inexistente en el pensamiento de todos los cubanos y se apelaba a la historia pre revolucionaria como a la cruz que jamás volveríamos, todos cerrábamos filas, de modo oculto en una disidencia clandestina, firmábamos el Proyecto Varela con no se cual tinta invisible y los días de las votaciones anulábamos en masa la boleta.
Mientras algunos apenas leían el Granma, otros - mayoritariamente otras - leían novelitas de Corín Tellado, y los más ibamos de la escuela a la casa, o de la casa al trabajo y a disfrutar de la pelota en la TV, millones accedían - no sé como - al Nuevo Herald, se extasiaban con Mein Kampf, y disfrutaban las lecturas secretas de las torturas del Che Guevara. Todo dentro de la urna de cristal.
Las cifras no mienten. Es el Estado. Todos eramos de derecha... y super radicales!!!
Adorábamos a Basulto, a Lincoln Diaz Balart y a Ileana Ross. Elián nunca debió volver a casa, pues el apoyo protagonizado por el pueblo cubano era 100% ficticio y Janet Reno cometió un error imperdonable. Su padre, que lo engendró desde las mismas entrañas del forro de sus cojones, no pintaba nada en ese asunto y es una lástima que TODOS hayamos marchado obligados a reclamar su regreso.
Cuando en los dias del "Mariel" aquel dirigente cienfueguero de la Asamblea Provincial o del Partido - no recuerdo bien - dijo que se iba del país, por los bajos del "Recreo" no desfiló nadie en señal de protesta, nadie le gritó una consigna. Los centros de trabajo y las escuelas no se movilizaron para el peregrinaje proselitista y gubernamental por la calle San Carlos y si lo hicieron la asistencia fue ínfima y obligatoria so pena de cárcel. Los pioneros éramos tan conscientes de nuestra militancia derechista y antirrevolucionaria - aunque todas las mañanas gritábamos que queríamos ser como el Che - que las maestras, a golpes de regla nos obligaron a caminar llorosos y aquello que se escuchaba no eran consignas en contra de "los apátridas" sino una versión cienfueguera de "La Chambelona"
Las imágenes que mostraba la TV Cubana eran trucadas por algunos de los pioneros de la cibernética en el mundo visual-digital, esos que después trabajarían con James Cameron en Avatar.
Ahora, en la emigración, todos éramos Pinochetistas, Somocistas, Hitlerianos,... antistalinistas y Carlos Marx, Federico Engels y Lenin, y ni siquiera Martí, formaban parte de la hemeroteca en nuestras casas. A la gente la obligaban, incluso dentro de ellas, a poner en el TV y a todo volumen como fe notarial, los discursos de Fidel.
La Operación Condor es un cuento de camino. La fiebre porcina se debió evidentemente al mal estado del sancocho en Cuba. Los documentos que ha desclasificado la CIA son TODOS un invento más de la jodida izquierda mundial. El dengue del 70 y pico en Cuba fue una mutación genética por el cruce entre un mosquito del Rio Quibú y una mosquita del Almendares y si nos vamos al lejano Oriente, no hubo tales bombas de Hiroshima y Nagasaki, sino sendos pedos que se tiró San Pedro desde el cielo. Los vietnamitas eran unos hijos de puta que merecían ser quemados con napalm y volviendo al plano nacional Tortoló nunca salió corriendo.
Mientras todo eso sucede, yo de comemierda, me he puesto a averiguar el misterio de unos huevos que volaban solos y se estrellaron sin miseria y en ráfagas contra las viviendas de aquellos que decidieron un dia cruzar hacia la otra orilla.
Como diria mi amigo Jorge Guillén: MIS COJONES!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario