Por: El Cojito Bibijagua.
Fue
España la última plaza en abandonar la Inquisición. Ya la vieja Europa había eliminado
la práctica mortífera cuando los Eclesiásticos peninsulares se rehusaban a abandonar
la Santa Inquisición, traicionando concienzudamente las enseñanzas del más
justo de los humanos nacidos, Jesús de Nazaret.
Es
importante establecer la diferencia que existe entre la Inquisición Española y
la Inquisición en España. La primera, fue establecida por los reyes católicos,
Isabel de Castilla y Fernando de Aragón en 1478, con un principio básico, que estuvo
separada del resto de la Cristiandad.
Por
otra parte funcionó en la Península Ibérica
la Inquisición Episcopal y la Pontificia (Inquisición en España), heredadas
esta desde la tierra francesa de Toulouse con las herejías albigenses, cuando
el Papa Gregorio IX mandó a establecer el primer tribunal inquisidor en la zona
de Aragón, siendo el primer Papa que diera carácter jurídico a la Inquisición
que antes solo tenía un aspecto transitorio en la cruzada contra el Catarismo. Al
parecer Fernando aprendió al pie de la letra las enseñanzas exterminadoras aplicadas
años antes en su terruño.
Las
prácticas de conversión masivas llevadas a cabo alrededor de 1390, luego de las
revueltas judías, y más tarde entre el 1400 y 1420, se vieron forzadas por la
insistencia de frailes fanáticos que apuntaban a una justicia divina e
inquisidora provocando de esta forma las falsas conversiones de judíos en
Sevilla principalmente.
Tras
años de prácticas y desarrollo quedó fundada por los Reyes Católicos en 1478 la
Inquisición Española. Cuatro siglos de juicios, persecución y ejecuciones
caracterizaron la vida social y política ibérica. Hasta que 15 de julio de
1834, María Cristina de Borbón – Dos Sicilias, Regente de España, firmó el Real
Decreto por el cual se abolía definitivamente el Tribunal del Santo Oficio de
la Inquisición.
Con
la colonización Española en América, se exportó semejante acción y práctica
inquisidora. Y revisando los apuntes de Batolomé de las Casas encontramos la
maravillosa historia de Hatuey, que aunque no fue juzgado por hereje, sino como
revolucionario rebelde, su eliminación física devino en la misma forma que en
Europa Continental se aniquilaba sin piedad y razón.
Hatuey
emigró de la Española, actual República Dominicana, en canoas con más de 400
compatriotas entre mujeres, hombres y niños. Comunicó a los aborígenes cubanos,
las atrocidades y abusos cometidos por los españoles en su tierra y la
necesidad de plantear una lucha ‟guerrillera” contra las fuerzas colonizadoras,
cuyos propósitos se centraban en la explotación y la esclavitud de la población
indígena para saquear la tierra y el oro que en ella se encontraba.
Capturado
y llevado a la hoguera rechazó la conversión y su pase al paraíso tras la
oferta del sacerdote en oficio, negando compartir espacio celestial con los
cristianos representados en el acto por los colonizadores ibéricos.
Preguntó.
-¿Y
los cristianos también van al cielo?
Y
tras recibir la afirmativa respuesta alegó.
-No quiero yo ir
allá, sino al infierno, por no estar donde estén y por no ver tan cruel gente.
Prendieron la hoguera y pusieron fin a la vida del Primer Rebelde de América
el 2 de febrero del año 1512 en la región de Yara en la parte oriental de Cuba.
Pasaron seis años para que la inquisición cobrara su primera víctima,
acusando de hereje a Juan Muños, aborigen españolizado que fue llevado a la hoguera;
los historiadores no encuentran las razones de la acusación, aunque si
mencionan la incautación de bienes del desafortunado, las cuales fueron
transferidas a Gonzalo de Guzmán, Gobernador de la Villa de Santiago de Cuba,
donde se desarrollaron los hechos.
Comienza en esta fecha tristemente memorable una serie de casos, en los
cuales no pocas victimas cubanas fueron llevadas a la hoguera y otras no menos
afortunadas apresadas y trasladadas a Cartagena de Indias, Colombia. Con el fin de ejercer el poder y la explotación
no pocos Gobernadores de Isla de Cuba, y representantes eclesiásticos sembraron
el terror y la muerte en una tierra que prometía ser pacífica y aborigen.
No obstante de la abolición española en 1834, la Congregación Inquisitorial
llamada también Congregación del Santo Oficio, existió en el sistema de la
curia romana hasta 1966.
Cabe preguntar si la mutación de la Inquisición Española,
persiste en la actualidad.
En fechas recientes, una multitud acalorada injurió a un concejal
de Toledo, por la grabación del estado íntimo que pretendió regalarle a su
amado joven. Muchedumbre asustada manifestó el descontento por la expresión
sexual divulgada en la WEB. Con reclamos y presiones para el abandono del
cargo, más ofensas verbales, la amante diputada fue agredida en recintos públicos
donde beatas y creyentes dieron continuidad a una caza de brujas sin
precedentes en el contexto político español.
Rompe la tierra cultivable y siembra el odio confundido de
moral la plebe mundial. Cuando los años afortunadamente nos traen la enseñanza
de que el amor al poder y la ignorancia son aliados inquisitivos difícil de erradicar.
Va y vuelve la Santa Inquisición a su cuna amada, cruzando océanos
y llanos, venciendo cordilleras y desiertos. Sin camino por terminar regresa
como el hijo prodigo a la casa de donde salió.
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