viernes, 22 de febrero de 2013
¿Y tú cómo llevas los pantalones?
Está de moda, es la frase con la que en todos los tiempos se ha pretendido reducir el conocimiento a la nada. Si está de moda, ya deja de importa el origen de lo que ahora mismo es o fue, porque sencillamente, ESTÁ DE MODA.
Lo interesante es como se le cambia con una facilidad tremenda el significado a las cosas, tal vez sea un mecanismo de autodefensa de los seres humanos para burlarse de sus desgracias o sencillamente, la superación misma de la desgracia vivida del modista que la introduce; y creo que esta última se corresponde muy bien con la moda de los pantalones caídos o como también se les denomina, por debajo de la cintura.
El origen de este manera única de llevar los pantalones, ahora se confunde en la red. En algunos sitios aparece que responde a la problemática enfrentada en las cárceles de los Estados Unidos, donde en otros tiempos se distribuía una talla única y a los presos se les obligaba a andar sin cintos, algo que es razonable, me refiero a lo de no usar cintos y no a la talla única.
Los defensores de esta hipótesis afirman, que los reclusos, cuando obtenían la libertad, continuaban andando por las calles con los pantalones por debajo de la cintura como símbolo de dureza y de hombría, y que fue esto lo que llevó, años más tarde a que se extendiera la moda entre los jóvenes.
Sin embargo, existe otra hipótesis, y son muchos los que afirman que es esta y no la otra, la correcta, que se refiere a que si bien es cierto que la moda tiene su origen en las cárceles de los Estados Unidos, no tiene nada que ver con la talla única, sino con los servicios que prestaban ciertos reclusos.
En la prisión eran algunos reclusos homosexuales los que andaban de este modo. Los pantalones por debajo de la cintura mostrando la ropa interior o las nalgas, indicaban que el reo querían tener relaciones sexuales, por lo tanto eran usados como símbolo de deseo homosexual.
Lo cierto es que cuando todo comienza a dar igual los patrones se confunden, los valores se transforman, y el día menos pensado, si a la moda se le antoja, volveremos a andar, en esos países donde el clima lo permita, con taparrabos y donde no, pues entonces ya veremos que se le ocurre a los dictadores de los trapos.
por Liber Y. Barrueta Martínez
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