EFICIENCIA...¿ A CUALQUIER PRECIO? II parte

                                                                       

                                                                                         

                                                                                        con el permiso de Boris García Cuartero.  

Alguna vez, un tipo vestido de verde olivo me dijo - nos aseguró - que él sabía por donde le entraba el agua al coco. Mi padre, que nunca tuvo un pelo de tonto, me aseguró que nadie, ni siquiera aquel tipo, sabría definir, con exactitud si primero fue el huevo o primero fue la gallina. Pasaron los años, y mientras yo aún desconocía a Newton, a Platón y a Aristóteles, las leyes del 2x2 y el 8-5 me parecían una combinación perfecta para entenderlo todo; así que, mientras adoraba aquellos retratos en la pared de la escuela, de aquel barbú con sombrero, o aquel otro con una boina ladeada, no se quién dijo, que yo, era carroña del enemigo. Así comencé a dudar de las cosas o más bien, de ciertas gentes que defendian ciertas cosas y de cierto modo que para mi no estaba ciertamente claro.

Tiempo después, una amiga de Villa Clara, me aseguró que Diaz Canel era un tipo encojonao´, de esos que le metía el lomo "a la cosa" Juancho me aseveró que el hombre, que ahora es el segundo hombre, se pegaba lo mismo en un surco a las 6am y no soltaba el tajo hasta que cayera el Sol, que agarraba una pala y empezaba a hacer mezcla en una obra social desde las 10.00am hasta las 5 y media de la tarde. Yo también lo vi aunque por televisión y me entró orgullo de haber nacido en Villa Clara.

Pero las cosas han cambiado. Ya "la cosa" no es como me la dibujaba Yolanda en mis primeros años allá en la Mariana Grajales, sita en la esquina de Holguin y San Fernando. Cuando aquello, cuando era fiñe, Yolanda me habló de un medio mulato, gordo, con espejuelos, con cierto songorocosongo, y que era el poeta nacional de Cuba. Y aquel poema de TENGO, me parecía más perfecto que el 2x2 y el 8-5 para entender el porqué de la revolución del 59.

En la prensa, salvo alguna oveja descarriada, todo eran logros. Han pasado muchos años, pero la prensa no ha cambiado mucho.

Hoy Yeyo, alguien al cual no conozco, de manera solapada pidió sangre. Acusó a un amigo, Boris, de andarse por la periferia. En cierto modo lo defendió. Boris, por razones que no me incumben, aún está al pie del cañón, por allá por mi querida Cienfuegos,y a la hora de publicar, quisiera, decir todo lo que siente, pero no puede. Ya los tiempos son otros. Ahora tú escribes y antes que salga a la luz, pasa por ocho manos, las cuales yo quisiera, no restar por cinco, sino por el mismo número. Conozco a Boris, a menudo debato con él. Creo que usa espejuelos, pero me ha demostrado que puede percibir bien la cosa.

Los que no la perciben son los otros, esos que Diaz Canel, a quien admiro, repito, parece desconocer o mantener en la nebulosa, porque cuando habla de la prensa, a su mente acuden los periodistas, y elimina, sin justicia, al jefe del grupo, al jefe de los jefes del grupo, y al jefe del jefe del jefe. A menudo, no son periodistas, sino marxistas. Y bien, ¿y si fuera un periodista marxista? pero no es el caso.  Entonces, el segundo, habla de un mejor papel, y al Boris lo censuran a derecha e izquierda, unos por allá y otros por acá, y en la prensa de papel, esa que aún es la que se mastica en Cuba de modo masivo, no se dice nada sobre el cobro por entrar a ver, lo que Guillén, hace muchos años dijo que era suyo y que tenía que tener.

No se que sea más factible, si cobrar la entrada a un lugar que dice la Constitución es mío o si reinventar la base material escolar, aunque sean, al menos, los libros de literatura y español, y borren del mapa insular y literario, al camagueyano ilustre, que un día pudo, pedir una pieza, una humilde pieza para descansar.

Si ese fuera el camino, que Dios me perdone, pero prefiero seguir admirando el mar, gigante, abierto, azul y democrático, desde esta otra orilla.

Roberto Lamelo
abril 2013.