Foto: Juan Moreno
Par de bolas malas. Dos cuerpos golpeados. Una expulsión, después otra y el espectáculo que se formó al parecer no superará este, que una vez más, cierta "prensa" ha tratado de obviar o no dar segumiento.
En lo personal pienso, que hay que ser ILUSO y de los buenos, para creerse que el tipo estaba enfermo y mucho más ILUSO AUN para publicarlo y hacerlo de conocimiento público, así la información viniése de la mismísima Comisión Nacional de Béisbol. O fue ella, en su divorcio acostumbrado a no moverse del asiento engañada también? O se dejó engañar?
Lo cierto es que, en este estira y encoge, al que al final quisieron engañar o engañaron momentáneamente fue al PUEBLO. Y a ese, es el que NO debemos engañar nunca.
A continuación les transcribo la entrevista integra aparecida sobre el tema, aparecida en la edición digital de hoy en el JR.
Roberto Lamelo
abril 2013
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Desanudando un Lazo
El lanzador capitalino Yasiel Lazo, quien hasta hace muy poco era miembro del equipode Matanzas que participa en la presente Serie Nacional, revela a JR sus opiniones sobre la decisión que lo desvinculó del elenco yumurino
A raíz de lo sucedido en el estadio Latinoamericano durante el primer juego de la subserie Matanzas-Industriales,
correspondiente a la segunda fase de la presente Serie Nacional de
Béisbol, muchos se preocuparon por el destino del lanzador Yasiel Lazo,
quien fuera expulsado ese día después de propinar dos pelotazos a
jugadores del equipo capitalino.
Entonces, se comenzó a especular sobre la posible separación del
jugador de las filas del elenco yumurino. Por eso, en la edición del
pasado 5 de abril aclaramos —previa consulta a la Comisión Nacional— que
el muchacho se mantenía en la nómina de los 37 jugadores inscritos por
el equipo matancero.
Sin embargo, cinco días después, llegó a esta redacción la Circular
No. 2 de la segunda fase de la 52 Serie Nacional, emitida por la
Dirección Nacional de Béisbol. En la misma, el órgano encargado de velar
por los destinos del pasatiempo nacional, anunciaba la baja del
lanzador Yasiel Lazo Meneses, causada por una hepatitis viral tipo A.
La publicación de la noticia
en nuestras ediciones impresa y digital multiplicó la avalancha de
comentarios, la mayoría desmintiéndola. No pocos lectores —con palabras
muy duras— cuestionaron la ética y la profesionalidad de este redactor.
También, el prestigio ganado con tanto esfuerzo por este diario.
Casi todos nos conminaban a verificar la veracidad de la información oficial suministrada. La duda estaba latente.
Como es nuestro deber, un equipo de JR se trasladó
en la tarde del viernes hasta el estadio del combinado deportivo
Francisco Cardona, bajo un implacable sol casi insoportable hasta para
los más sanos. Y allí estaba Yasiel, calentando a toda máquina para
comenzar, junto a sus compañeros, el entrenamiento de los aspirantes a
representar al municipio de Diez de Octubre en la ya cercana Serie
Provincial.
Previa autorización del director, Yasiel, sin titubeos, comenzó a responder las preguntas, ya familiares por reiterativas.
—¿Cómo te enteras de que ya no formabas parte del equipo de Matanzas?
—En el mismo momento que ocurrieron los incidentes. El director me
comunicó que ya yo no formaba parte del equipo. Me dijo: «Entrega las
cosas, que te vas». De hecho, ese mismo día abandoné el hotel.
«Al otro día se habló en el programa Antesala, de la
televisión, de mi baja, pero no fue hasta dos días después que algunos
amigos me llamaron temprano para interesarse por mi salud, pues habían
leído en el periódico sobre mi sustitución, supuestamente porque estaba
enfermo con hepatitis. Cuando me enseñaron el Juventud Rebelde, me quedé asombrado. No entendía por qué, había tenido buenos números y una salida mala la puede tener cualquiera».
—¿Crees que tu salida del equipo tenga relación con esa actuación?
—Lo que sucedió en el Latino fue una mala salida. Cuando me llamaron
de la radio para preguntarme, le dije al periodista que si los pitchers
supiéramos cuándo íbamos a lanzar bien, le diríamos a los directores que
no nos pusieran tal día, porque íbamos a estar mal.
«Ese día estaba delante de mi público, me estaba viendo todo el país
por la televisión, y me dolió mucho que hubiese terminado así. No me
gustó que me dejaran solo, sin nadie en el bullpen para apoyarme, pero
igual, traté de hacer mi trabajo de la mejor forma que pude. El árbitro
también hizo el suyo y me expulsó. Y al llegar al banco, también fui
expulsado por el director».
—¿Piensas que el árbitro tomó la decisión correcta?
—Pienso que sí. Trató de evitar más problemas porque sabía que yo era
de la capital, y que le estaba lanzando a quienes fueron compañeros
míos.
—¿Te hizo alguna advertencia?
—Sí, él me advirtió.
—¿Cómo lo hizo?
—Cuando se me fue la pelota con Chirino, él se me acercó y me dijo
que tratara de no lanzar pegado para evitar problemas, porque si no,
tendría que expulsarme. Estaba advertido.
—¿Has tenido algún problema de salud después del incidente en el Latino? ¿Algún médico te ha visto?
—En todo este tiempo yo no he estado enfermo de hepatitis, ni de
gripe, ni de nada. No he tenido ni una caída y no me ha visto ningún
médico. Yo vine para mi municipio, donde siempre he jugado desde
muchacho, y me incorporé a los entrenamientos. Me siento completamente
bien.
—¿Pensaste en pedir una explicación a la Comisión Provincial o a la dirección del equipo?
—Yo no he intentado ponerme en contacto con nadie. Pienso que si ellos tomaron esa decisión, sus motivos deben haber tenido.
«Hasta donde conozco, las bajas en esta etapa se dan por enfermedad o
por indisciplina. Y yo ni estoy enfermo, ni considero que cometí alguna
indisciplina ese día».
—¿Qué piensas de todo lo sucedido desde ese día?
—Hay que partir del punto de vista de que el director del equipo
puede tomar la decisión que él entienda mejor. Lo que no me gustó fue la
forma. Hablando las cosas uno puede entenderlas. Hubiese preferido que
me dijeran que no me querían en el equipo. Era lo mejor, y no hablar de
una enfermedad que no existía.
Sin más, partió con una intensa carrera a incorporarse al
entrenamiento. Evidentemente, y como se diría en buen cubano, en este
controversial caso «no da la lista con el billete». Y a este diario le
gustaría, por el bien de todos, que el resto de los implicados se
animara a arrojar luz sobre este desaguisado.
Al béisbol cubano hoy le pueden hacer falta muchísimas cosas, menos el silencio ante tan peligroso dislate.
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