La interrogante me surge después de leer y releer diversas opiniones, fuera del contexto actual –anunciado congreso de los periodistas- y en estos momentos, en que los profesionales cubanos de la prensa discutimos cómo hacer más efectivo nuestro mensaje en los medios de comunicación en la Isla.
Convencidos estamos de que nuestra labor no es perfecta –ninguna obra humana lo es-, pero también estamos conscientes de cuál es nuestro papel en la sociedad cubana: imperfecta, cuestionada, alabada y agobiada por la guerra que nos han impuesto desde afuera, porque a muchos les interesa el descalabro total, la rendición absoluta y no la prosperidad popular, eso lo demuestran cada día… entonces ¿qué prensa es la que quieren para Cuba?
Lo digo con conocimiento de causa. Muchos rechazamos loas, las verdades a medias o las medias tintas, los maquillajes a que se someten cifras y cumplimientos, la falta de profundidad en las informaciones, las demoras innecesarias en ofrecer explicaciones, el dejar que las versiones oscurezcan los hechos, la cincuentenaria justificación de que el enemigo acecha –y repito, que también es verdad- y otras cuestiones harto conocidas.
Pero los buenos profesionales –y los hay, muchísimos en cada redacción- saben cómo evitar el “eso no se publica”, y es con buenos trabajos, con la contundencia de una investigación que no deje margen a las dudas. Otros saben cómo decir que se cumplió el plan, pero que lo producido no alcanzará para todos y los más encuentran verdaderas historias en los héroes anónimos, esos que se fajan todos los días por la sobrevivencia.
Encuentro cada día en periódicos, emisiones radiales y televisivas la opinión de colegas, la crítica e incuestionable opinión de quienes caminamos las calles de la ciudad, palpitamos con nuestra gente y padecemos las mismas dificultades que el resto del prójimo… que pudieran ser más, que a veces no encuentran oídos receptivos y por eso estamos como estamos, que hay gente culpable inamovible, que a otros lo mismo les da pito que flauta, todo es verdad y por eso –repito- estamos como estamos…
También merecen su espacio aquellos, que como dije antes, guapean para echar pa´lante y hay resultados que igual consiguen se les enaltezca, porque honrar, honra a quienes escribimos la crónica de la cotidianidad, esa que alejada de sensacionalismos, irreverencia y deshumanización queremos sea más transparente, que no es lo mismo que dedicarnos al chismorreo que nada aporta, a denigrar al que se equivoca o malversa, o roba, o desvía o como le quieran decir… aunque algunos merecen la picota pública por el daño público que ocasionan.
¿De qué nos acusan entonces? De no pedir que nuestro sistema sea más “democrático”, de que nos unamos a las voces externas por elecciones “democráticas” o querrán en nuestros medios ver, escuchar o leer un voto de censura a los Castro. Será acaso que le demos espacio a la oposición –si al menos tuviera prestigio, si tuvieran un plan para resolver nuestros problemas que no sea entregar el país, y más, mucho más si nos lleva al quebrantamiento del orden.
No nos crean tan ingenuos, ni me crean tan ingenuo. Inconformes estaremos siempre con lo que hacemos, porque siempre se podrá hacer mejor, pero las malas copias se las dejamos a los abogados del diablo. Ejemplos hay suficientes en este mundo de tonterías y aperturas; luego, cuando sea tarde, llegan los arrepentimientos y créanme, al que pide caldo, le dan tres tazas, en vez de dos, por comemierda…
Boris se trata de que con una sola prensa que es la de ustedes, que es la del gobierno, no se resuelve nada, ni sepede reflejar ninguna realidad. Tu tas siego compadre siego total que no quieres ver el asunto.
ResponderEliminarNi creas eso, hace rato que tengo bien graduada la vista y estoy seguro que nada tiene que ver con tu manera de ver el asunto
ResponderEliminar