Si Usted es de los que creía que Yasiel Puig ya lo había hecho todo en las Grandes Ligas, Usted está equivocado, pero a rajatabla. Una vez más Puig convirtió el Dodger Stadium en un manicomio cuando la multitud reunida disfrutó con otro gran momento del palmireño, cienfueguero, en la primera semana del novato en las Grandes Ligas.
Puig bateó su primer grand slam (jonrón con las bases llenas) lo que combinado con la labor de Zack Greinke - lanzó pelota de cuatro hits en siete entradas - guió a Los Angeles a una victoria sobre los Bravos de Atlanta 5-0 el jueves por la noche, rompiendo la racha de cinco victorias de los Bravos.
Los Dodgers, se aferraban a una ventaja de 1-0 y llenaron las bases en el octavo después que Cory Gearrin permitió sencillos con un out a Skip Schumaker y Luis Cruz, y después caminó al bateador emergente dominicano Hanley Ramírez. Entonces llegó Puig, con sus 5-de-8 con dos jonrones y cinco carreras impulsadas en sus primeros dos partidos de esta semana y también con el 0-de-4 el Miércoles. Puig bateó un jonrón en el primer lanzamiento al jardín derecho, aumentó la ventaja de los Dodgers a 5-0. Tomó su tercera salida a escena de la semana de la parte superior de los escalones del dugout, levantando los brazos para reconocer los aplausos. Típico en su estilo Puig iba tan rápido que casi le pisa los talones a Ramírez al cruzar el plato.
"Es contagiosa su forma de jugar," dijo Mattingly. "Parece que hay una alegría en su juego. Es la forma en que se supone que se debe jugar. Él se ve tan fresco. Eso le da a nuestros chicos tanta energía."
"Con los aficionados de aquí y ganando, la presión se cae", dijo Puig a través de un traductor.
Dijo que no siente ninguna presión extra en comparación con lo que sentía en los menores de edad o jugando en casa, en Cuba.
"Es lo mismo para mí", dijo encogiéndose de hombros. "Me preparo para hacer lo que estoy haciendo y el equipo está ganando."
Está bateando .438. Todo esto es tan obsceno, tan indescriptible, que incluso Vin Scully dijo lo mismo: "Yo no lo creo." Otro narrador expresó: "Esto no sucede ni en Hollywood!!"
El hombre que sería el jardín derecho en el Dodger Stadium el jueves por la noche, casi imposible de ancho en los hombros, se volvió y sonrió ante el recuerdo de su primera semana en las Grandes Ligas.
Él ha golpeado jonrones, impulsado carreras y se le ha comparado deportivamente con alguno de los mejores. Después de unos cuantos turnos al bate, Puig ha inspirado un flechazo en toda la ciudad. Un alma más suave podría pensar que es demasiado, pero no a él. Todo en él es demasiado bueno, demasiado divertido, tan especial ... es su manera de jugar al beisbol.
El desertor cubano ha sido un Dodger solo durante cuatro días y este es el mejor momento de su vida. Ya se están vendiendo su camiseta N º 66 en las tiendas del equipo. Ya es el que dirige el club de llamadas a escena. Ya tiene tres jonrones y nueve carreras impulsadas. Está bateando .438. Y la gente de aquí ya corea su nombre - "Pweeeeeeg!" - Como si hubiera sido uno de los suyos para siempre.
El Inicio rápido de Puig ha electrificado a los fanáticos de los Dodgers y a sus compañeros de equipo.
Él sonríe, da un poco de onda. Él responde a sus solicitudes de su presencia en el escalón más alto, donde va a levantar sus brazos y sonrie ampliamente. Yasiel Puig tiene siete imparables en 16 turnos al bate en juegos que casi siempre gana al final.
Recién salido de la Doble-A, y con apenas 229 turnos al bate ligas menores, conectó dos sencillos el Lunes. El Martes jonroneó dos veces, se fue en blanco en cuatro turnos al bate el miércoles, y luego tuvo dos hits más Jueves. ¿El segundo? El segundo hit fue un jonrón de 408 pies por la banda contraria ante una slider de 81 mph del relevista Cory Gearrin.
"Este gato es un animal diferente", dijo el manager de los Dodgers Don Mattingly.
Preguntado sobre lo que se viene, y lo que puede tenernos guardado, Puig se encogió de hombros.
"Mañana se verá ", respondió con sobriedad a través de un traductor, "lo que el mañana traiga."
Yasiel Puig es el Rey de Los Angeles una vez más después de un breve paréntesis de un día.
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