Creo que los primeros chistes que conocí y aprendí a contar eran de Alvarez Guedes. Mi tío nos consiguió un cassette - a hurtadillas por supuesto, porque oir a Alvarez Guedes en Cuba era prohibido y había que escucharlo y trapichearlo bajito - y fue así como conocí la historia del moco inteligente, de la vieja suicida, de las masitas de puerrrrrrrrrco, del Dr. Brown y que mear en Brickell era carísimo. Más bien comprar un terreno...
Aprendí a viajar con Alvarez Guedes en mi memoria o en la cintura, por debajo de la camisa, como si fuera un proscrito. Era un ídolo de mi padrastro, que casi nunca reía, pero lo hacía con Alvarez Guedes, del cual intentaba, por gusto, explicar el porqué del chiste. Esa gloria de la cultura cubana que ES Alvarez Guedes, generalmente no necesitaba explicación para reirse con sus cuentos. Sus historias, llenas de picardía cubana, aún sin yo haberle visto la cara jamás, provocaban en mi mucha risa infantil o adolescente,...
Si hago memoria no recuerdo un chiste suyo contra los pinareños, muy pocos contra Fidel y bastante sobre "la emigración" y la "adaptación" de Juana, Pedro y María aqui en la "sahuesera". Alvarez Guedes era un juglar del cuento, autóctonamente cubano y estaba prohibido, caprichosa y erroneamente vedado para la felicidad de los martirizados y estoicos cubanos, quizás, o sólo, porque un buen día decidió venirse a vivir a los Estados Unidos. Yo nunca, ni aún en mi etapa de los diecipico, entendí porqué la gente tenía que nacer y morir en el mismo lugar.
Fernando Alonso decidió, al contrario de Alvarez Guedes, quedarse en Cuba.
Los amantes del ballet se lo agradecimos siempre, que se quedara, que junto a Alicia y otras figuras más contribuyera a crecer y a mantener siempre en alto el nombre de la Escuela Cubana de Ballet. Hay quien dice que él fue el verdadero mago y genio, y que Alicia fue sólo esa cara visible a los medios. Es posible... incluso muy probable. Lo que sí se que es cierto, es que era un hombre muy consagrado a su causa. No recuerdo a Fernando metido en un dime que te diré, tan frecuentes en la "farándula" de la danza, el ballet y el teatro en Cuba. Nunca oi a nadie, hablar mal de Fernando. Su historia está bien ligada a esas historias de quienes "detrás del escenario" son los arquitectos del glamour, la pasión y el desborde de energía qie conlleva una presentación de Ballet.
Fernando fue sin dudas lo contrario de Alvarez Guedes. Alvarez Guedes fue sin dudas lo contrario de Fernando Alonso. Porque mientras uno fue el virtuoso de la palabra, el otro lo fue de los gestos. Mientras uno fue el artesano de la risa, el otro lo fue de la seriedad. Porque mientras uno se paraba delante del público, el otro permanecía tras bambalinas. Uno tenía una presencia omnipotente. El otro un aurea omnipresente.
Pero se fueron juntos, casi juntos, llenando de luto cada alma cubana. Me alegra que Alvarez Guedes acompañe a Fernando. Tal vez en el camino, se encuentren en un taberna a tomarse unos tragos de whisky con pólvora, a mear debajo de un poste de luz, o sabe Dios que cosas puedan ocurrírsele a Alvarez Guedes, quien nunca se tomó la vida muy en serio, para hacer feliz a uno que se la tomó demasiado. Tanto, que decidió vivir 98 años.
Me gustaría morir como Fernando, riendo en el camino de regreso a la inmortalidad.
Alex:Muy bueno roberto
ResponderEliminarAlex: muy buen escrito
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