para Diana Carballo, con todo mi amor. |
Cuenta la historia, esa que no falla, que era La hermandad de Santa María del Fiore la propietaria de un enorme bloque de mármol dejado por Agostino Di Duccio, quien lo trabajó anteriormente sin poder extraer de este figura alguna.
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Maestro,
nadie ha podido sacar una pieza de este gigante, le dijo Piero Soderini, el
primer canciller de la república florentina al artista Miguel Angel.
No mentía Piero, aunque
de hecho lo hacía. Di Duccio no había sido el único artista que había fallado. La
enorme pieza de mármol propiedad de la Fábrica de la Catedral de Florencia, se
le había propuesto como encargo no solo a Agostino Duccio en 1462 y Antonio
Rosselino en 1476, quienes rechazaron la oferta debido a varias dificultades
técnicas que atravesaban con su empresa; también se realizó el encargo al
propio Leonardo da Vinci, ya anciano, y que tenía bastante experiencia con la
escultura en bronce, rehusando también la oferta. Después de permanecer
abandonado en el patio de un taller de la Catedral durante nada menos que 25
años, por medio de varias amistades que tenía Miguel Ángel por aquel entonces,
le llegaron rumores sobre la existencia de la enorme pieza y se interesó por el
proyecto haciéndose con el bloque de mármol.
El bloque de
mármol a partir del cual se creó el David había sido extraído de la cantera de
Fantiscritti, en Carrara, y había sido transportado a Florencia por el mar
Mediterráneo y remontando el río Arno hasta la ciudad. El bloque, de 18 pies de
altura y denominado "el gigante", había sido dañado primeramente por
un artista llamado Simone da Fiesole, que lo había estropeado tratando de
esculpir una escultura en él. El bloque fue apartado por los encargados de
Santa María del Fiore y abandonado durante años. Tanto Agostino di Duccio como
Antonio Rossellino esculpieron el bloque sin éxito, abandonándolo con varias
fracturas y partes a medio trabajar. Las autoridades de la Opera del Duomo
comenzaron la búsqueda de un escultor que lograra terminar el trabajo. El 16 de
agosto de 1501, la Opera del Duomo de Florencia encargó oficialmente la
escultura del David a Miguel Ángel, veinticinco años después de que Rossellino
abandonase el trabajo sobre el bloque de mármol. El artista comenzó a trabajar
en la escultura el 18 de septiembre, un mes después de recibir el encargo, y
trabajaría en ella durante dos años.
En 1501, los
responsables de la Opera del Duomo (institución laica encargada de la
conservación y el mantenimiento de los bienes pertenecientes a lugares
sagrados, como las iglesias), oficina de trabajos de la Catedral de Florencia,
y varios miembros del influyente gremio de Mercaderes de la lana, plantearon la
construcción de doce grandes esculturas de personajes del Antiguo Testamento
que se colocarían sobre los contrafuertes externos al ábside de Santa María del
Fiore. Antes del David, sólo dos de estas esculturas habían sido construidas,
una de ellas por Donatello y la otra por su discípulo Agostino di Duccio.
Tras la expulsión
de los Médici de Florencia en 1494, Miguel Ángel se había visto obligado a
volver a la casa de su padre, viajando a Venecia, Bolonia y Roma. En Roma, el
Papa Julio II le había encargado la Pietà del Vaticano. Miguel Ángel no había
realizado todavía ninguna obra importante en su ciudad natal, por lo que tomó
una postura agresiva para que le encargasen a él la escultura del David, lo que
generó tensiones con el resto de los escultores florentinos.
Michaelangelo
Buonarotti (1475 -1564) fue sin duda alguna uno de los artistas más destacados
del arte italiano del siglo XVI, el paradigma del genio renacentista que abarca
todas las artes. Como hicieron Leonardo da Vinci o Rafael, Miguel Ángel trabajó
con maestría la pintura, la arquitectura, el dibujo y, sobre todo, la
escultura. Hombre de espíritu noble y
culto, en sus obras se plasma el vigor de su carácter, sentimientos dispares
que transmite a su obra con una facilidad digna de admiración. Esto, junto a su
particular visión de la figura humana, es lo que llevó a príncipes, papas y
cardenales a encargarle obras muy diversas. Su formación artística fue
temprana: a los 13 años ya estudiaba las esculturas de la antigüedad clásica
que había en la colección de los Médici (gobernadores de la República de
Florencia), y también tuvo la oportunidad de examinar las ruinas romanas que se
estaban descubriendo. De este modo, Miguel Ángel encarnó los valores del
Renacimiento, con el retorno a los modelos clásicos, exaltando la figura humana
desnuda y su conciliación con la naturaleza. El hombre se convertía en la
medida de todo.
En Septiembre del
año 1501 y después de hacer varias pruebas con el bloque para comprobar su
calidad y firmeza, Miguel Ángel Buonarroti aceptó el encargo y puso
enseguida manos a la obra. En Octubre, el prestigioso artista mandaba construir
en torno a la pieza una estructura de madera para proteger y ocultar su
empresa. Algo más de dos años tardó en esculpir la enorme pieza de mármol
Miguel Ángel. No obstante, el artista recibió el encargo oficialmente el 16 de
agosto de 1501 contando con tan sólo 26 años de edad.
Concluida la obra
tanto Giuliano da Sangallo (1445-1516), como Leonardo da Vinci (1452-1519),
sugirieron colocar la estatua bajo el Pórtico de la Plaza de la Señoría;
oscurenciendo la pared del fondo, el color blanco del mármol destacaría
enormemente sobre la pared oscura. Pero el confaloniero de justicia Piero
Soderini decidió finalmente ubicarla en la Piazza della Signoria, atribuyéndole
a la obra un valor más civil que el religioso original. Miguel Ángel se impuso
a una comisión de artistas célebres florentinos, entre los que se encontraban
Andrea della Robbia, Piero di Cosimo, Pietro Perugino, Leonardo da Vinci,
Sandro Botticelli y Cosimo Rosselli, que pretendían colocar la estatua en la
Loggia dei Lanzi. Miguel Ángel impuso su criterio de colocarla frente al
Palazzo Vecchio, aunque esta decisión dejó al David desprotegido frente a las
inclemencias del tiempo. La escultura fue trasladada desde la Opera del Duomo a
la Piazza della Signoria la noche del 18 de mayo de 1504, y fue alzada y
colocada en su emplazamiento definitivo el 8 de junio del mismo año.
Finalmente, el David fue descubierto a la ciudad de Florencia el 8 de
septiembre de 1504.
Miguel Ángel, que
no presenció el debate, contó desde un principio con el apoyo de las
autoridades locales y su "gigante" se situó, según sus deseos al
frente de la fachada del Palazzo Vecchio, a un lado de la entrada principal; de
esta forma, su "gigante" podría ser observado en todo su esplendor
por todos los florentinos.
El David se
presentaba a los Florentinos oficialmente el 8 de Septiembre de 1504 en la
Plaza de la Señoría coincidiendo con la fiesta de la Virgen. La escultura
resultó un enorme éxito por su calidad y belleza que maravilló a todos los
florentinos. A la famosa escultura la han acompañado durante toda su historia
numerosas envidias y diversos actos vandálicos, y después de haber sobrevivido
a la intemperie durante varios siglos en la Plaza de la Señoría de Florencia,
coincidiéndo con el cuarto centenario del nacimiento del prestigioso artista se
decidió restaurarla y protegerla bajo una tribuna cubierta de estilo
Neo-renancentista en la Academia de las Bellas Artes desde el año 1882; el
original se sustituyó por una copia realizada por el copista Arrighetti en la
Plaza de la Señoría.
La escultura
representa al Rey David bíblico en el momento previo a enfrentarse con Goliat,
y fue acogida como un símbolo de la República de Florencia frente a la
hegemonía de sus derrocados dirigentes, los Médici, y la amenaza de los estados
adyacentes, especialmente los Estados Pontificios. Es una de las obras maestras
del Renacimiento según la mayoría de los historiadores, y una de las esculturas
más famosas del mundo. Actualmente se encuentra expuesta en la Galería de la
Academia de Florencia, aunque hasta 1910 estuvo ubicada en la Plaza de la Señoría
de la capital toscana; desde entonces en su lugar se erige una copia de la obra
a tamaño real realizada también en mármol.
El trabajo de
preparación de la escultura definitiva incluyó bocetos, dibujos y modelos a
pequeña escala de cera o terracota. Miguel Ángel pasó directamente de estos
estudios preliminares al trabajo sobre el mármol, sin hacer un modelo de yeso a
escala real, como hacían otros artistas de la época como Giambologna. El David
fue esculpido mediante cincel desde distintos puntos de vista, puesto que
Miguel Ángel lo diseñó para que fuese admirado desde cualquier punto de su
perímetro, de forma diametralmente opuesta a la manera medieval que diseñaba
las esculturas para ser vistas exclusivamente desde el frente.
El David
contrasta con las representaciones previas de Donatello y Verrocchio en las que
David aparece con el cuerpo de Goliat asesinado. El genio italiano no se ajustó
a la visión tradicional del David, que siempre se había representado como un
adolescente con rasgos delicados. Miguel Ángel nos muestra un joven poderoso
lleno de energía y concentración. En la versión de Miguel Ángel, Goliat no
aparece, por lo que se interpreta que aún no ha sido vencido. El cuerpo de
David es el de un hombre musculoso, no el del muchacho de las obras de
Donatello y Verrocchio. En lugar de aparecer victorioso como en las dos
versiones antes mencionadas, David aparece en tensión y preparado para el
combate. Su cuerpo se encuentra girado con un ligero contrapposto: la pierna
izquierda se adelanta a la derecha, el brazo izquierdo se eleva y se curva
hasta que la mano casi toca el hombro, mientras que el brazo derecho se deja
caer hasta que la mano toca el muslo, el torso se curva sutilmente, la cabeza
mira hacia su izquierda, manteniendo los ojos fijos en su objetivo, con el ceño
fruncido. El rostro evidencia esta tensión contenida, además, con una mueca de
odio y las aletas de la nariz bastante abiertas. El movimiento es contenido,
centrípeto con líneas de fuerza que vuelven al bloque. La mirada ha sido
interpretada en el sentido de que la escultura muestra el momento en el que
David ha tomado la decisión de atacar pero aún no ha comenzado el combate.
Otros expertos, como Giuseppe Andreani (director de la Academia de Bellas Artes
de Florencia), opinan sin embargo que la escena muestra el momento
inmediatamente posterior al final de la batalla, y que David contempla
tranquilamente su victoria.
(continuará)
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