por Roberto A. Lamelo
Hoy mientras veía el video de Yasumi repartiendo manoplazos a ritmo de Gente de Zona, recordé que en una fecha como esta pero del año 1813 era la víspera de una de esas batallas grandes en la historia de la humanidad: La Batalla de Dresde Una de esas batallas cuyo final terminó del modo menos inesperado para quienes se declararon vencedores.
La batalla que se desarrolló entre los días 26 y 27 de agosto de 1813 y tuvo como resultado la victoria francesa bajo el mando de Napoleón Bonaparte en contra de las fuerzas de la Sexta Coalición conformada por Austria, Rusia y Prusia terminó cuando - según cuentan los historiadores - a Napoleón le urgió ir al baño. Fue tan fuerte el dolor que dejó aquello a la bartola y sus Mariscales no supieron como terminar la embestida vencedora de su Maestro. Se quedaron en espera que su jefe terminara de hacer caca, pero este, al parecer había comido muchas guayabas o daba por sentado la derrota de aquella tropa bajo el mando del Mariscal de Campo Carlos Felipe de Schwarzenberg, que nunca regresó al campo de batalla. La victoria napoleónica no fue completada en su totalidad y al no consumarse una persecución sobre aquellos que iban a la desbandada salvando su pellejo a como diera lugar después del tiroteo y los bayonetazos, esto le permitió a las mismas fuerzas restantes reagruparse un día más tarde, en que volvieron pa´arriba del lio y rodearon a unos franceses que se encontraban comiendo de la que pica el pollo y los obligaron a rendirse en la Batalla de Kulm.
Pero que sucedió realmente en esos días? Nada más y nada menos que un dale al que no te dió tan inmenso y confuso que hasta por poco se meten manos entre ellos mismos.
Pero que sucedió realmente en esos días? Nada más y nada menos que un dale al que no te dió tan inmenso y confuso que hasta por poco se meten manos entre ellos mismos.
Napoleón que contaba con 300 000 hombres se enfrentaba a una coalición con cerca de 450 mil. Esta, fiel al plan de Trachenburg, y conocedora del genio militar del enano, había rehusado el combate directo y en cambio se había dedicado a atacar sus comandantes disgregados en la región. El dia 23 de ese mes, en la batalla de Grossbeeren, al sur de Berlín, el recién coronado Príncipe Carlos de Suecia (que anteriormente fue Mariscal de Napoleón) derrotó a su antiguo camarada Nicolas Charles Oudinot. Y el 26 de agosto, el mariscal prusiano von Blücher derrotó a las fuerzas del Mariscal Etienne-Jacques-Joseph MacDonald en la Batalla de Katzbach y habrían derrrotado a las fuerzas de Saint-Cyr a no ser por la llegada oportuna de Napoleón, quien llegó rápida e inesperadamente con refuerzos para repeler el ataque. Sobrepasados en una escala de 2 a 1, Napoleón atacó al día siguiente (27 de agosto), principalmente por el flanco izquierdo de los aliados, y obtuvo una impresionante victoria táctica contra el Mariscal Schwarzenberg, y sus más de 200.000 hombres del ejército
austriaco de Bohemia (y acompañado por el propio Emperador Austriaco, el
Zar ruso y el Rey prusiano)
Pero fue aquí cuando la madre natura comenzó a hacer de las suyas, tan fuerte, que Napoleón no tuvo tiempo ni de pedir un pliego de papel. Historiadores franceses se encargaron luego de embarajar la cosa y dijeron que se había tratado de un ataque de epilepsia.. Al no realizar la persecución para concretar su victoria, esto permitió a Schwarzenberg rendirse y escapar de la emboscada. La Coalición perdió cerca de 38.000 hombres y los franceses cerca de 10.000. El general Vandamme, actuando motu proprio y sin el consentimiento de Saint-Cyr o de los otros Mariscales, persiguió a las fuerzas de Schwarzenberg que se encontraban en retirada, como el creía que su Emperador hubiera deseado, pero se confiaron, se sentaron a la intemperie a contemplar las estrellitas y a contar ovejitas cuando lo que se les vino encima fue un huracán de categoría 5.
Napoleón aquejado aún de dolores, recibió la noticia con pasmosa tranquilidad. Dicen los historiadores que a duras penas se incorporó de su improvisado lecho, miró al cielo e invocó una frase intelegible, pero que muchos asumieron fue una prédica a sus santos para que no le volvieran esos dolores de barriga que le hicieron perder en apenas 3 dias a más de la mitad de sus hombres.
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