Holanda tomó la delantera en el encuentro, al fabricar una carrera en el mismo primer episodio, impulsada por Wladimir Balentien ante el abridor quisqueyano Edinson Vólquez, quien luego de un inicio incierto, marcado por el descontrol, logró encarrilarse y finalmente acreditarse la victoria.
Su oponente, el zurdo Diegomar Markwell, se presentó en espléndida forma, sin embargo en el quinto capítulo los caribeños ajustaron los tiempos, le restaron efectividad, y construyeron un enorme y decisivo rally de cuatro carreras.
Luego de un out, Carlos Santana disparó sencillo al izquierdo y acto seguido Moisés Sierra lo remolcó con doblete a lo profundo de ese mismo sector del campo, para decretar el empate transitorio.
El resto del racimo llegó tras el segundo out, cedido por Alejandro de Aza, cuando José Reyes (impulsó a Sierra) y Miguel Tejada ligaron imparables consecutivos, Robinson Canó recibió boleto intencional y Edwin Encarnación coronó la faena con sencillo remolcador al centro del terreno.
Esa ventaja 4-1 fue suficiente para el bullpen dominicano, que trabajó otras cuatro entradas sin permitir anotaciones rivales y llegó a 17 inning sin admitir libertades a sus adversarios, desde el comienzo de la segunda ronda.
Vólquez se acreditó el triunfo, gracias a su actuación de cinco entradas completas, en las que propinó cinco ponches, regaló par de boletos, solo permitió dos hits y le marcaron la única anotación holandesa del partido.
El taponero Fernando Rodney, entretanto, se anotó punto por juego salvado, su sexto en la lid, tras cerrar la novena entrada a todo tren, con ponches incluidos a Curt Smith y Jonathan Schoop.
Con este resultado, República Dominicana conservó su invicto en siete presentaciones en el III Clásico Mundial, y de alguna manera limpió la honra de Cuba, su vecino del área, víctima en par de ocasiones de Holanda, en la segunda ronda del grupo eliminatorio disputado en Asia.
Los holandeses, entretanto, confirmaron su crecimiento en el deporte de las bolas y los strikes, al convertirse en el primer país europeo en colarse en semifinales, hecho que otorga mayor validez a su título de campeón mundial del último torneo de la Federación Internacional de Béisbol (IBAF), celebrado en Panamá a finales de 2011.
Ahora, el equipo de República Dominicana se medirá al de Puerto Rico en la gran final de este certamen primaveral, con el aval de haberlo superado dos veces en rondas previas, aunque los boricuas llegarán a este desafío con el crédito de haber eliminado a los superfavoritos conjuntos de Estados Unidos y Japón.
Por primera ocasión dos escuadras latinoamericanas chocarán en la final de un Clásico Mundial. Solo Cuba, por los países del continente americano, había accedido anteriormente a esta instancia, en 2006, y perdió 6-10 ante Japón, ganador de esa edición y de la posterior realizada en 2009.
Por Rafaél Rofes Pérez, en Pasaje Deportivo
No hay comentarios:
Publicar un comentario